miércoles, 22 de febrero de 2017

La vuelta al mundo en papel: Inglaterra (Reino Unido)

Imagen extraída de pinimg.com.


Si me ofrecieran ahora mismo la opción de vivir los años que me quedan realizando sólo tres actividades, estoy segura de que elegiría escribir, leer y viajar; no se me ocurre realidad que encaje más conmigo. 
Por eso, cuando Sandra de Mi rincón de libros y yo comenzó a hacer mención al proyecto La vuelta al mundo literaria, me apunté sin pensarlo. Viajar es maravilloso, leer es maravilloso y viajar leyendo es una experiencia sobre la que no me cansaría de escribir; así pues, aquí estoy con mi primera entrada para el proyecto, dispuesta a intentar contagiaros un poco mi amor infinito por Inglaterra. Y es que, aunque la etapa está dedicada al Reino Unido en su conjunto, me voy a centrar de forma exclusiva en obras transcurridas en su región más conocida.
Voy a hablar sólo de obras que he leído, la mayoría de las cuales son clásicos, pero también hay alguna excepción y un par de trampas que espero me perdonéis.

¿Listos para la excursión? ¡Vamos allá!

-Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro (2005)

Nombrada por la revista Time como la mejor novela publicada en su año, esta distopía nos traslada a un internado inglés aislado de la sociedad donde viven niños que reciben una educación apoyada en dos pilares fundamentales: la producción de obras artísticas y la creación de hábitos saludables. Kathy, la protagonista de la historia, va creando lazos complejos y profundos con las personas que la rodean, especialmente Tommy y Ruth; al tiempo que descubre quiénes son en realidad y por qué los han criado de esa forma y en ese lugar sin relación con el exterior. Es una novela breve pero muy profunda, que reflexiona sobre la amistad, el amor, la madurez, la adolescencia y, de forma especial, los límites que el ser humano sería capaz de cruzar en pos del progreso y la supervivencia. Es una de esas historias que dejan poso, que dañan porque llegan adentro y nos obligan a preguntarnos quiénes somos realmente. 
Inglaterra en este libro sirve de trasfondo, pero también empapa de identidad cada uno de los acontecimientos y situaciones en los que nos sitúa. 


-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen (1813)

Lectura obligatoria en los institutos de varios países de habla inglesa, Orgullo y prejuicio es posiblemente la novela más leída de Jane Austen. Se trata de una historia costumbrista que nos traslada al corazón de la familia Bennet, cuyas hijas están ya en la edad (y casi necesidad) de casarse, por lo que empiezan a frecuentar los bailes donde socializan con otras familias de la zona e inician relaciones con los hombres que les pueden llegar a interesar como posibles esposos. 
Austen es una maestra de la mente, que explora a cada personaje en profundidad, con sus motivaciones, sus reservas y las ideas que los mueven a actuar como lo hacen. Orgullo y prejuicio es una comedia romántica, pero sobre todo es una reflexión sobre el papel de hombres y mujeres en la sociedad; sobre las apariencias y lo que esconden; sobre la hipocresía.
Con unos personajes deliciosos, desde la sarcástica Elizabeth hasta el misterioso Darcy, leer Orgullo y prejuicio es instalarse en esas mansiones de la campiña inglesa, pasar largas horas en el salón conversando con las damas y en los festejos bailando con los caballeros. 
La única adaptación que para mí le hace justicia es la mini-serie de la BBC de 1993, con unos soberbios Jennifer Ehle y Colin Firth.


-Las puertas de Anubis, de Tim Powers (1983)

Considerada una de las novelas pioneras dentro de la temática de los viajes temporales, Las puertas de Anubis mezcla historia y ciencia-ficción narrando las aventuras de Brendan Doyle, profesor universitario especializado en la literatura del Romanticismo y más particularmente en la vida del poeta William Ashbless. Doyle se verá envuelto en una expedición sin precedentes que lo transportará al Londres del siglo XIX, donde por accidente se quedará retenido sin poder regresar a su tiempo. Por el libro deambulan las históricas figuras de Coleridge, Lord Byron y hasta Muhammad Ali; todos ellos envueltos en una trama cargada de magia y chamanismo ambientada en su mayor parte en el Londres más oscuro y subterráneo, sin olvidar varios coqueteos con la mitología egipcia y ese amor de Powers por los románticos ingleses, que serán además recurrentes en varias de sus novelas.
Para mí, Las puertas de Anubis es una obra que a nivel argumental se queda a medio gas: llega un momento en que se aturulla y no resuelve sus tramas con claridad. Sin embargo, los puntos buenos son maravillosos y vale la pena leerla por descubrirlos. 
Como curiosidad, el personaje de Horrabin (para mí, de los mejores de la novela) inspiró el famoso payaso de It de Stephen King.


-La vuelta al mundo en ochenta días, de Jules Verne (1873)


Aquí la primera trampa, ya que, como el título sugiere, la novela transcurre en no pocos lugares del mundo. Sin embargo, como la expedición de Phileas Fogg empieza y termina en Londres, me he permitido el lujo de incluirla.

Jules Verne es uno de esos autores a los que vuelvo continuamente: su humor, sus personajes tan carismáticos y esas aventuras trepidantes me enganchan con suma facilidad. De pequeña adoraba la serie de Willy Fogg, por lo que quizá venga todo de ahí.
Phileas Fogg es un caballero inglés que vive solo y el origen de cuya fortuna nadie conoce; es un hombre de hábitos muy rigurosos, uno de los cuales es asistir a su partida de cartas en el Reform Club cada semana. En una de estas partidas, surge una discusión en torno a la noticia de la apertura de una nueva línea de ferrocarril en la India que, según el diario informante, ya permite dar la vuelta al mundo en tan sólo ochenta días. Fogg decide comprobarlo e inicia al instante una expedición absolutamente pragmática y nada contemplativa acompañado por su criado Passepartout.
Al mismo tiempo, una cantidad de dinero es sustraída al Banco de Inglaterra. Fogg es considerado sospechoso y sus viajes serán observados de cerca con la intención de probar su culpabilidad.
Se trata de una de esas aventuras ingeniosas, vertiginosas y llenas de tensión cómica de Verne. Se hace al lector cómplice absoluto de los personajes desde el primer momento, incluso cuando llega a sospechar de ellos; al tiempo que el autor, en su amor sin par por el mundo, hace que nos sintamos en cada puerto en el que se bajan y en cada hotel donde se hospedan.

Imagen extraída de http://www.travelstay.com


-84, Charing Cross Road, de Helene Hanff (1970)


La segunda trampa de la lista llega con este libro que no es una novela, sino una colección de cartas intercambiadas por una escritora norteamericana y un grupo de personas relacionadas con la librería de antigüedades Marks&Co. de Londres; especialmente, con Frank Doel, encargado de la tienda.

Helene y Frank fueron amigos por correspondencia durante veinte años. Compartieron su amor por la literatura y las buenas ediciones, pero también sus vidas y los cambios que en ellas se iban produciendo. En algunos momentos, era como si estuvieran más cerca, sin el Atlántico de por medio.
Inglaterra juega un papel importante en el libro no sólo por tratarse del emplazamiento de la librería, sino por ser el lugar al que Helene desea viajar y el que todos sueñan sea el punto de encuentro entre ellos y su amiga de Nueva York, a la que deben más de un banquete en tiempos difíciles. 
Se trata de una joya que todo amante de los libros debería leer alguna vez en la vida; y el que lo haga seguro que repetirá en muchas más ocasiones.


-El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Stevenson (1886)


El prestigioso abogado Utterson inicia una investigación sobre un extraño sujeto llamado Hyde vinculado a una serie de acontecimientos turbios y asesinatos. Descubre la vinculación de Hyde con el doctor Jekyll, a quien parece estar muy unido, y comienza a sospechar que éste encubre los actos delictivos del primero. Todo cambia cuando el agredido es el propio Jekyll.

La grandeza de esta novela, que no deja de tener tintes de historia policíaca, reside en el retrato tan interesante que realiza de un personaje con un trastorno disociativo de identidad: Jekyll es Hyde y Hyde es Jekyll; cada uno representa una de las caras del yin y el yang, pero a fin de cuentas no dejan de ser la misma persona.
Las obras ambientadas en Londres que ha escrito Stevenson aportan una de mis visiones favoritas sobre la ciudad: la de un lugar rico y elegante, pero también cargado de tramas subterráneas y recuerdos sórdidos que chocan con su aparente sobriedad. 
Llegué a este libro con catorce o quince años y lo disfruté muchísimo. Siempre tengo pendiente volver a él porque lo recuerdo apasionante.


-Los carillones, de Charles Dickens (1844)


Ambientada en los barrios más pobres de Londres, esta pequeña novela es uno de los eslabones de las historias navideñas de Dickens. Nos presenta al anciano Trotty, que trabaja como recadero; y a su hija Meg, que está a punto de casarse con Richard, su novio de toda la vida. 

Trotty, Meg y Richard van encontrándose con distintos personajes de clase alta que los llegan a convencer del poco derecho que tienen a ser felices, a casarse y casi a existir; pues ellos no son nada, son como las ratas que pueblan la noche londinense. 
Trotty, atormentado, sueña con las campanas de la torre de la iglesia y se dirige a ellas como un sonámbulo, precipitándose desde lo alto de la torre y muriendo. Trotty es forzado a presenciar la vida sin él, desde el día de Año Nuevo en adelante, y en cada escena no halla sino desdichas ocasionadas por su suicidio desde el campanario.
Es una historia tierna a la par que trágica. Trotty es un hombre hundido, deprimido, que nada espera de sí mismo y en nada se valora; sin embargo, su bondad nos hace cómplices de cada uno de los pasos que da y al final es él mismo quien debe cambiar de perspectiva si desea modificar su destino.
La sociedad de la época, dividida en clases sociales tan radicalmente diferenciadas, es descrita a la perfección, a la par que se la critica y se transmite la idea de humanidad que trasciende barreras culturales y económicas.


-Saga Harry Potter, de JK Rowling (1997-2007)


A pesar de tratarse de novelas ambientadas en un mundo distinto al nuestro, J.K. Rowling sabe transmitir en ellas la esencia misma de Inglaterra.

Harry es un niño huérfano criado con sus tíos, los Dursley, quienes no son muy felices de tener que responsabilizarse de él y lo maltratan continuamente. El día de su undécimo cumpleaños, el mundo de Harry cambia de forma diametral cuando empieza a recibir correo del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y, posteriormente, también la visita de uno de los representantes de dicha escuela. Un universo desconocido y al que sin saberlo ha pertenecido siempre le es revelado, y ni su vida ni las de los lectores volverán a ser las mismas.
Además de hallarse llena de localizaciones reales (la estación de King's Cross, Tottenham Court Road, Charing Cross Road, el Tube...), todo el contexto en el que transcurre la historia de Harry es desvinculable de Inglaterra y sus costumbres: los modelos familiares, la organización y roles en el colegio, los juegos y deportes tradicionales, los cementerios y, por supuesto, la rica mitología inspirada por cuentos ingleses y nórdicos. Tanto es así, que el mundo de los magos resulta completamente nuevo y distinto cuando lo vemos en la reciente película Animales fantásticos y dónde encontrarlos, centrada en la ciudad de Nueva York.
Crecí con Harry Potter, casi de forma literal: me leí el primero de los libros a los doce años y los siguientes se fueron publicando de forma sucesiva, por lo que creo que me encontré con la saga de la mejor manera posible. Sin embargo, son novelas disfrutables por cualquier persona de cualquier edad; prueba de ello es el hecho de que mi padre estuviera tan enganchado como yo a Harry Potter y La piedra filosofal.


-Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë (1847)


Uno podría decir que Cumbres Borrascosas ni siquiera transcurre en la Tierra, sino en un microcosmos ajeno a la vida, a la historia y a la realidad que rodea a sus personajes; la sensación que transmite es la de estar al margen del mundo, de lo convencional y de lo ortodoxo. Sin embargo, y pese a la originalidad tanto narrativa como argumental de la novela, es difícil imaginarla en otro entorno distinto del inglés.

El señor Earnshaw, propietario de la mansión Cumbres Borrascosas, acoge en su hogar a un niño llamado Heathcliff y comienza a tratarlo como si fuera un hijo más, su predilecto; junto a él crecen dos hijos biológicos: Catherine, gran amiga de Heathcliff, y Hindley, que lo verá de por vida como un impostor y un rival. La historia de estos personajes se choca de bruces con quienes serán sus únicos contactos fuera de la familia: los hermanos Edgar e Isabella Linton. A partir de ahí, nos encontramos con una vorágine de locura, odio y desdicha derivados de las decisiones pasadas y del "encierro" en el que se nos muestra a unos personajes dominados por sus emociones y cegados por pasiones que escapan a su control.
Es una obra que cambia a aquel que la ha leído, que demanda una atención completa cuando uno está frente a sus páginas y convierte al lector en cómplice voluntario de venganzas y traiciones de las que no desea escapar.


Aunque he leído muchas más obras enmarcadas en Reino Unido y en Inglaterra (por ejemplo, Hyde Park es inseparable para mí de Drácula), éstas son quizá las más significativas para mí en cuanto a que, de alguna forma, traducen en sus personajes y hechos aquellas características que considero fundamentales de esa región que amo.


Volveré a colaborar en el proyecto dentro de unos meses, ya que también voy a hablar de libros ambientados en Japón


¿Recomendaciones? ¿Comentarios sobre los libros que he citado? ¿Viajes inolvidables para vosotros? Estoy abierta a todo. 


¡Feliz miércoles!

3 comentarios:

  1. Coincido con Doctor Jekyll y con Cumbres borrascosas, una novela que por la trama romántica aparentemente queda muy lejos de lo que me interesa, pero sus personajes son fantásticos y en cierto modo, necesarios para entender referencias posteriores. Y han pasado seis años desde que leí Never let me go y todavía lo recuerdo como si fuera ayer.
    Respecto a Japón...Que tal algo de Edogawa? Son historias de terror muy peculiares

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  2. Hola guapaaa!!
    Madre mía cuantas recomendaciones!!
    De los que mencionas me he leído Harry Potter y Orgullo y prejuicio y son libros recomendadisimos. Cumbres borrascosas lo tengo en mi estantería esperando ser leído algún día de este año ... aunque con todos los que tengo acumulados no sé cuando podrá ser.
    Y el resto, los que conocía los tengo también en mi lista de pendientes como La vuelta al mundo o El misterioso caso de Mr Hyde. Y me ha llamado mucho la atención el primero que mencionas, me lo apunto sin duda porque no lo conocía.
    Muchas gracias por participar en esta iniciativa y por esta genial entrada!
    Un beso =)

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  3. @Renaissance, Cumbres poco romance tiene; más bien es lo que deriva del romance frustrado. Es totalmente adictivo. Me apunto a Edogawa, ¡nunca he leído nada de él pese a adorar Detective Conan!

    @Sandra, te recomiendo arduamente esos pendientes, así como el de Kazuo Ishiguro, que marca bastante.

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