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lunes, 17 de julio de 2017

La vuelta al mundo en papel: Japón

Si dedicaba en febrero toda una entrada a explicaros un poquito mi amor por Inglaterra a través de algunos libros, no es menos importante para mí venir hoy a plasmar unas cuantas líneas sobre Japón. 

Imagen extraída de http://regex.info 
La vuelta al mundo en papel, ideada y coordinada por Sandra de Mi rincón de libros y yo, es una de esas ideas a las que no puedo evitar sumarme incluso cuando tiempo es lo que menos me sobra. Porque, si algo he aprendido de mí misma de manera especial en los últimos siete años, es que viajar es algo que me apasiona y me hace crecer. Y Japón, ¡qué puedo deciros de Japón! No he llegado a pisarlo (todavía), pero es uno de los grandes motores de mi vida. El amor por su lengua, por su música y por sus costumbres me acercaron a algunas de las personas que más me importan y me convirtieron en la persona que he llegado a ser. Soy una fanática de su historia, de su comida y de sus cómics. La literatura es una de las asignaturas que tengo más pendientes y quiero disculparme de entrada, pues hay varios títulos (The pillow book de Sei Shonagon, Grotesque de Natsuo Kirino, cualquiera de Ranpo Edogawa...) que me habría gustado incluir y no ha podido ser; no me gusta hablar de libros que no he leído y no he podido ponerme con estos pese a que tengo muchísimas ganas de hacerlo. También quiero decir desde ya que no voy a recomendar ninguna obra de Haruki Murakami porque lo poco que he leído de él no me mueve a hacerlo: Norwegian Wood me pareció deleznable y, de sus libros de relatos, hay algunas piezas que me parecen muy interesantes pero el grueso me ha dejado a medias.

En fin, que es una entrada coja teniendo en cuenta lo que había planeado, pero nunca voy a recomendar obras que no conozca bien y las que traigo las considero representativas e importantes.

Ikimashou!

-Battle Royale, de Koushun Takami (1999)
Distopía con pinceladas de terror y de gore, Battle Royale me parece una buena novela para comenzar a leer a autores japoneses. Es una obra enfocada al público joven y su narración es ligera, llena de diálogos y ágil. Por supuesto, quizá por su temática no sea para todo el mundo, pero es sin duda un libro al que siempre tengo ganas de volver. Como fan de la película y el manga, me quedo de lejos con la obra original.
Battle Royale es la historia de un Japón futuro sometido a un régimen dictatorial en el que todo aquello que provenga o esté relacionado con Estados Unidos está vetado. Dentro de este contexto, existe un "juego" llamado Battle Royale, donde cada año un grupo de estudiantes es llevado a una isla donde deberán permanecer hasta que solamente quede uno, con el aliciente de que, si en veinticuatro horas no ha habido ninguna baja, todos mueren. (¿Os suena? A mí me sonó mucho Los juegos del hambre cuando salió).
Más allá de los detalles escabrosos, como la forma en que los estudiantes asesinan o son asesinados, lo interesante del libro reside en el estudio que realiza de cada uno de ellos: cómo reaccionan a la realidad a la que se ven empujados, cómo cambian las relaciones entre ellos, en qué medida pierden la cordura y, en algún caso, por qué han elegido voluntariamente estar ahí. Nanahara, Kawada, Kiriyama, Megumi, Noriko... todos los personajes son analizados desde su pasado, desde aquello que les ha marcado, y es de su bagaje de donde surge la forma en que se enfrentan al desafío de morir o vivir con las cargas de tantas otras muertes. Se tratan cuestiones políticas, sociológicas y psicológicas de una forma clara y sencilla. 
Es una novela que disfruto mucho, que me hace sufrir pero que me atrapa por completo. No transcurre en el Japón real, pero hay en ella muchos elementos propios de la cultura japonesa y no me canso de recomendarla. 

-Confesiones de una máscara, de Yukio Mishima (1949)
Una de las más importantes de la literatura japonesa, esta novela tiene carácter autobiográfico y nos cuenta el proceso de desarrollo de la personalidad y despertar sexual de su protagonista, un joven japonés que por su debilidad física fue criado en cierto aislamiento con respecto a los demás y no consigue sentirse parte de la sociedad en la que crece. Kou-chan, que así se llama, se va fabricando una fachada o máscara que presenta ante el mundo para ocultar su verdadera personalidad, marcada profundamente por obsesiones de la infancia así como su homosexualidad, que también vamos descubriendo junto a él a medida que se va evidenciando.
La importancia de esta novela viene dada porque se trata de un testimonio único de lo que suponía ser homosexual en el Japón de la posguerra, o de cómo era en ese mismo momento (quizá también en el presente) ser un miembro de la sociedad nipona, con sus estrictas reglas de comportamiento y moral. 
Es una novela oscura, difícil en muchos momentos por la crudeza con la que el autor se deja ver a sí mismo, por la sinceridad de lo que se oculta detrás de la máscara. Una novela teñida de muerte, de un erotismo casi enfermizo y de una humanidad a veces asfixiante.

-Kitchen, de Banana Yoshimoto (1988)
Banana Yoshimoto es una muy buena autora para introducirse en las principales tendencias de la literatura japonesa contemporánea, entre las que destacan géneros costumbristas y existencialistas, de reflexión sobre la vida y la muerte, sobre la naturaleza humana y las relaciones.
Kitchen se compone de dos historias cortas, la principal de las cuales lleva el mismo título del libro. En esta Kitchen, una mujer joven se refugia en la cocina de su casa tras el fallecimiento de su abuela; la casa se le queda demasiado grande sin ella. 
El otro relato habla de un personaje, Satsuki, que se enfrenta a la pérdida de su novio corriendo como rutina diaria
Es una novela muy bien escrita que reflexiona sobre la muerte, los lazos familiares y personales y, sobre todo, el proceso de curación y recuperación tras una experiencia tan traumática.
Con una narrativa sencilla y cargada de melancolía, consigue que el lector empatice fácilmente con sus personajes y deja un regusto de tristeza y esperanza, todo mezclado.

-Sayonara, Mio, de Takuji Ichikawa (2003)

La historia de Sayonara, Mio o Be with you, como se lo conoce internacionalmente, llegó a mí a través de su versión televisiva, protagonizada por Hiroki Narimiya. Cuando encontré la novela en castellano en la biblioteca de mi ciudad, años más tarde, me emocioné mucho.
Un año transcurre después de la muerte de Mio y ni su esposo, Takkun, ni su hijo, Yuji, han conseguido adaptarse a la vida sin ella. Takkun no es capaz de hacerse cargo de la casa ni del niño y lleva una existencia triste y sin sentido. Cuando comienza la estación de las lluvias, algo extraño sucede y Mio se materializa frente a ellos, sólo que no les recuerda.
Pese a lo que pudiera parecer dada esta premisa, no se trata de una novela de fantasía, sino que nos cuenta una historia muy real y cotidiana. Mio vuelve para devolverles la alegría, las ganas de esforzarse, para ayudarles a sanar. Los personajes deben enfrentarse ya no sólo a la pérdida, sino también a un reencuentro inesperado y diferente, que les trae a una Mio anterior a ellos a la que devolverán a la familia.
La historia de amor es creíble, normal, cotidiana; nos sentimos parte de ella porque la entendemos. La relación entre padres e hijos también queda plasmada con realismo y ternura.
En general, es un libro amable pero que conecta con el lector porque traduce en palabras cosas que todos sentimos.

-Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata (1965)

Oki toma un tren a Kioto, donde espera pasar la noche de Fin de Año; en su cabeza lleva la idea de hacerlo junto a Otoko, un amor de hace dos décadas a quien no ha vuelto a ver pero que es la responsable de su éxito como novelista, ya que la obra en que inmortalizó sus encuentros es la que todavía le da de comer.
Lo bello y lo triste es una novela escrita con maestría. Kawabata domina el lenguaje y, con sencillez, lo dota de un lirismo que atrapa. Es una novela que no se puede soltar pese a que algunas cosas nos puedan chirriar, como (en mi caso) el personaje de Keiko, que es un estereotipo en la literatura japonesa; o cierta dosis de misoginia y falocentrismo.
Los personajes de la novela viven cargando siempre con el pasado, un pasado que los ha convertido en lo que son. Fumiko no olvida la amargura por las infidelidades de su esposo, Otoko ama el recuerdo de quien se lo arrebató todo y Oki se victimiza como el hombre que no puede sino rendirse ante la belleza de una mujer. Otoko y su madre son para mí los grandes personajes de la novela, y todas las reflexiones que nos plantea acerca del amor, el matrimonio, los celos y el paso del tiempo son muy interesantes.
Quizá sea más crítica con esta novela que con las anteriores porque la acabo de terminar y recuerdo mejor sus puntos negativos; pero la voz narrativa de Kawabata es una imprescindible en la literatura japonesa contemporánea.

-Diario de Hiroshima, de Machihiko Hachiya (1945)

Cuando era pequeña, vi un documental sobre los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Era mi cumpleaños y las imágenes que transmitía el televisor me afectaron profundamente, me impactaron e hicieron que manifestara hostilidad hacia cualquier cosa que llevara el apellido "nuclear" (sigo sin ser fan).
Uno de los primeros libros que le compré al Círculo de Lectores, cuando estaba suscrita, fue este Diario de Hiroshima, que no tiene nada que ver con ninguna de las obras que he analizado hasta ahora: se trata justamente de lo que el título indica, las notas de un médico que vivió en primera persona la desgracia nuclear de aquel seis de agosto. Tiene la narración sencilla de quien escribe por terapia y sin ni siquiera plantearse publicarlo; nos traslada a las condiciones precarias de los hospitales de una ciudad destrozada y a las consecuencias inmediatas en los cientos de personas a las que atendió Hachiya durante dos meses. 
Es una forma distinta de acercarse a la mentalidad japonesa, a cómo esa sociedad responde a la desgracia y, por supuesto, a la pérdida y la enfermedad.

-Kokoro, de Natsume Soseki (1914)

Otra de las grandes obras de la literatura japonesa, Kokoro es una novela sencilla y profundamente reflexiva sobre esas decisiones, a veces impulsivas, que nos cambian. Como Lo bello y lo triste, está cargada de un lirismo basado en la naturaleza y en la identificación de ésta con las emociones humanas.
El personaje principal, un joven sin demasiadas ambiciones (y cuyo nombre no conocemos), se hace amigo de Sensei, un hombre mayor que se muestra misterioso y reservado pero que poco a poco va admitiendo su compañía. La historia gira en torno a la relación de ambos y a las pistas que el protagonista va encontrando sobre la vida de Sensei, la relación con su esposa y un pasado que parece haberle restado las ganas de vivir.
No es una novela que se disfrute por la intriga o el misterio, ya que es fácil atar cabos, pero engancha por la maravillosa narrativa y la forma en que va dando pinceladas a unos personajes complejos y llenos de matices
Dividida en tres partes, mi favorita es sin duda la segunda, en que dejamos de lado a Sensei y viajamos con el protagonista a su ciudad natal; las relaciones familiares están retratadas en este libro con tal maestría que cuesta no encontrarse reflejado en ellas.


Aunque finalmente he decidido no incluirlos, os recomiendo echar un vistazo a las múltiples obras sobre samuráis que han trascendido: El libro de los cinco anillos de Musashi Miyamoto, el Bushido de Inazo Nitobe y multitud de libros nipones y occidentales escritos al respecto. Aunque pueda no interesaros el tema, hay muchos rasgos de la sociedad japonesa actual cuyas raíces podemos encontrar de forma muy clara en las narraciones de la época feudal, los clanes y los guerreros al servicio del honor. 


 ¿Qué obras japonesas habéis leído y cuáles me recomendáis? ¡Hasta la próxima!

miércoles, 22 de febrero de 2017

La vuelta al mundo en papel: Inglaterra (Reino Unido)

Imagen extraída de pinimg.com.


Si me ofrecieran ahora mismo la opción de vivir los años que me quedan realizando sólo tres actividades, estoy segura de que elegiría escribir, leer y viajar; no se me ocurre realidad que encaje más conmigo. 
Por eso, cuando Sandra de Mi rincón de libros y yo comenzó a hacer mención al proyecto La vuelta al mundo literaria, me apunté sin pensarlo. Viajar es maravilloso, leer es maravilloso y viajar leyendo es una experiencia sobre la que no me cansaría de escribir; así pues, aquí estoy con mi primera entrada para el proyecto, dispuesta a intentar contagiaros un poco mi amor infinito por Inglaterra. Y es que, aunque la etapa está dedicada al Reino Unido en su conjunto, me voy a centrar de forma exclusiva en obras transcurridas en su región más conocida.
Voy a hablar sólo de obras que he leído, la mayoría de las cuales son clásicos, pero también hay alguna excepción y un par de trampas que espero me perdonéis.

¿Listos para la excursión? ¡Vamos allá!

-Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro (2005)

Nombrada por la revista Time como la mejor novela publicada en su año, esta distopía nos traslada a un internado inglés aislado de la sociedad donde viven niños que reciben una educación apoyada en dos pilares fundamentales: la producción de obras artísticas y la creación de hábitos saludables. Kathy, la protagonista de la historia, va creando lazos complejos y profundos con las personas que la rodean, especialmente Tommy y Ruth; al tiempo que descubre quiénes son en realidad y por qué los han criado de esa forma y en ese lugar sin relación con el exterior. Es una novela breve pero muy profunda, que reflexiona sobre la amistad, el amor, la madurez, la adolescencia y, de forma especial, los límites que el ser humano sería capaz de cruzar en pos del progreso y la supervivencia. Es una de esas historias que dejan poso, que dañan porque llegan adentro y nos obligan a preguntarnos quiénes somos realmente. 
Inglaterra en este libro sirve de trasfondo, pero también empapa de identidad cada uno de los acontecimientos y situaciones en los que nos sitúa. 


-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen (1813)

Lectura obligatoria en los institutos de varios países de habla inglesa, Orgullo y prejuicio es posiblemente la novela más leída de Jane Austen. Se trata de una historia costumbrista que nos traslada al corazón de la familia Bennet, cuyas hijas están ya en la edad (y casi necesidad) de casarse, por lo que empiezan a frecuentar los bailes donde socializan con otras familias de la zona e inician relaciones con los hombres que les pueden llegar a interesar como posibles esposos. 
Austen es una maestra de la mente, que explora a cada personaje en profundidad, con sus motivaciones, sus reservas y las ideas que los mueven a actuar como lo hacen. Orgullo y prejuicio es una comedia romántica, pero sobre todo es una reflexión sobre el papel de hombres y mujeres en la sociedad; sobre las apariencias y lo que esconden; sobre la hipocresía.
Con unos personajes deliciosos, desde la sarcástica Elizabeth hasta el misterioso Darcy, leer Orgullo y prejuicio es instalarse en esas mansiones de la campiña inglesa, pasar largas horas en el salón conversando con las damas y en los festejos bailando con los caballeros. 
La única adaptación que para mí le hace justicia es la mini-serie de la BBC de 1993, con unos soberbios Jennifer Ehle y Colin Firth.


-Las puertas de Anubis, de Tim Powers (1983)

Considerada una de las novelas pioneras dentro de la temática de los viajes temporales, Las puertas de Anubis mezcla historia y ciencia-ficción narrando las aventuras de Brendan Doyle, profesor universitario especializado en la literatura del Romanticismo y más particularmente en la vida del poeta William Ashbless. Doyle se verá envuelto en una expedición sin precedentes que lo transportará al Londres del siglo XIX, donde por accidente se quedará retenido sin poder regresar a su tiempo. Por el libro deambulan las históricas figuras de Coleridge, Lord Byron y hasta Muhammad Ali; todos ellos envueltos en una trama cargada de magia y chamanismo ambientada en su mayor parte en el Londres más oscuro y subterráneo, sin olvidar varios coqueteos con la mitología egipcia y ese amor de Powers por los románticos ingleses, que serán además recurrentes en varias de sus novelas.
Para mí, Las puertas de Anubis es una obra que a nivel argumental se queda a medio gas: llega un momento en que se aturulla y no resuelve sus tramas con claridad. Sin embargo, los puntos buenos son maravillosos y vale la pena leerla por descubrirlos. 
Como curiosidad, el personaje de Horrabin (para mí, de los mejores de la novela) inspiró el famoso payaso de It de Stephen King.


-La vuelta al mundo en ochenta días, de Jules Verne (1873)


Aquí la primera trampa, ya que, como el título sugiere, la novela transcurre en no pocos lugares del mundo. Sin embargo, como la expedición de Phileas Fogg empieza y termina en Londres, me he permitido el lujo de incluirla.

Jules Verne es uno de esos autores a los que vuelvo continuamente: su humor, sus personajes tan carismáticos y esas aventuras trepidantes me enganchan con suma facilidad. De pequeña adoraba la serie de Willy Fogg, por lo que quizá venga todo de ahí.
Phileas Fogg es un caballero inglés que vive solo y el origen de cuya fortuna nadie conoce; es un hombre de hábitos muy rigurosos, uno de los cuales es asistir a su partida de cartas en el Reform Club cada semana. En una de estas partidas, surge una discusión en torno a la noticia de la apertura de una nueva línea de ferrocarril en la India que, según el diario informante, ya permite dar la vuelta al mundo en tan sólo ochenta días. Fogg decide comprobarlo e inicia al instante una expedición absolutamente pragmática y nada contemplativa acompañado por su criado Passepartout.
Al mismo tiempo, una cantidad de dinero es sustraída al Banco de Inglaterra. Fogg es considerado sospechoso y sus viajes serán observados de cerca con la intención de probar su culpabilidad.
Se trata de una de esas aventuras ingeniosas, vertiginosas y llenas de tensión cómica de Verne. Se hace al lector cómplice absoluto de los personajes desde el primer momento, incluso cuando llega a sospechar de ellos; al tiempo que el autor, en su amor sin par por el mundo, hace que nos sintamos en cada puerto en el que se bajan y en cada hotel donde se hospedan.

Imagen extraída de http://www.travelstay.com


-84, Charing Cross Road, de Helene Hanff (1970)


La segunda trampa de la lista llega con este libro que no es una novela, sino una colección de cartas intercambiadas por una escritora norteamericana y un grupo de personas relacionadas con la librería de antigüedades Marks&Co. de Londres; especialmente, con Frank Doel, encargado de la tienda.

Helene y Frank fueron amigos por correspondencia durante veinte años. Compartieron su amor por la literatura y las buenas ediciones, pero también sus vidas y los cambios que en ellas se iban produciendo. En algunos momentos, era como si estuvieran más cerca, sin el Atlántico de por medio.
Inglaterra juega un papel importante en el libro no sólo por tratarse del emplazamiento de la librería, sino por ser el lugar al que Helene desea viajar y el que todos sueñan sea el punto de encuentro entre ellos y su amiga de Nueva York, a la que deben más de un banquete en tiempos difíciles. 
Se trata de una joya que todo amante de los libros debería leer alguna vez en la vida; y el que lo haga seguro que repetirá en muchas más ocasiones.


-El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Stevenson (1886)


El prestigioso abogado Utterson inicia una investigación sobre un extraño sujeto llamado Hyde vinculado a una serie de acontecimientos turbios y asesinatos. Descubre la vinculación de Hyde con el doctor Jekyll, a quien parece estar muy unido, y comienza a sospechar que éste encubre los actos delictivos del primero. Todo cambia cuando el agredido es el propio Jekyll.

La grandeza de esta novela, que no deja de tener tintes de historia policíaca, reside en el retrato tan interesante que realiza de un personaje con un trastorno disociativo de identidad: Jekyll es Hyde y Hyde es Jekyll; cada uno representa una de las caras del yin y el yang, pero a fin de cuentas no dejan de ser la misma persona.
Las obras ambientadas en Londres que ha escrito Stevenson aportan una de mis visiones favoritas sobre la ciudad: la de un lugar rico y elegante, pero también cargado de tramas subterráneas y recuerdos sórdidos que chocan con su aparente sobriedad. 
Llegué a este libro con catorce o quince años y lo disfruté muchísimo. Siempre tengo pendiente volver a él porque lo recuerdo apasionante.


-Los carillones, de Charles Dickens (1844)


Ambientada en los barrios más pobres de Londres, esta pequeña novela es uno de los eslabones de las historias navideñas de Dickens. Nos presenta al anciano Trotty, que trabaja como recadero; y a su hija Meg, que está a punto de casarse con Richard, su novio de toda la vida. 

Trotty, Meg y Richard van encontrándose con distintos personajes de clase alta que los llegan a convencer del poco derecho que tienen a ser felices, a casarse y casi a existir; pues ellos no son nada, son como las ratas que pueblan la noche londinense. 
Trotty, atormentado, sueña con las campanas de la torre de la iglesia y se dirige a ellas como un sonámbulo, precipitándose desde lo alto de la torre y muriendo. Trotty es forzado a presenciar la vida sin él, desde el día de Año Nuevo en adelante, y en cada escena no halla sino desdichas ocasionadas por su suicidio desde el campanario.
Es una historia tierna a la par que trágica. Trotty es un hombre hundido, deprimido, que nada espera de sí mismo y en nada se valora; sin embargo, su bondad nos hace cómplices de cada uno de los pasos que da y al final es él mismo quien debe cambiar de perspectiva si desea modificar su destino.
La sociedad de la época, dividida en clases sociales tan radicalmente diferenciadas, es descrita a la perfección, a la par que se la critica y se transmite la idea de humanidad que trasciende barreras culturales y económicas.


-Saga Harry Potter, de JK Rowling (1997-2007)


A pesar de tratarse de novelas ambientadas en un mundo distinto al nuestro, J.K. Rowling sabe transmitir en ellas la esencia misma de Inglaterra.

Harry es un niño huérfano criado con sus tíos, los Dursley, quienes no son muy felices de tener que responsabilizarse de él y lo maltratan continuamente. El día de su undécimo cumpleaños, el mundo de Harry cambia de forma diametral cuando empieza a recibir correo del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y, posteriormente, también la visita de uno de los representantes de dicha escuela. Un universo desconocido y al que sin saberlo ha pertenecido siempre le es revelado, y ni su vida ni las de los lectores volverán a ser las mismas.
Además de hallarse llena de localizaciones reales (la estación de King's Cross, Tottenham Court Road, Charing Cross Road, el Tube...), todo el contexto en el que transcurre la historia de Harry es desvinculable de Inglaterra y sus costumbres: los modelos familiares, la organización y roles en el colegio, los juegos y deportes tradicionales, los cementerios y, por supuesto, la rica mitología inspirada por cuentos ingleses y nórdicos. Tanto es así, que el mundo de los magos resulta completamente nuevo y distinto cuando lo vemos en la reciente película Animales fantásticos y dónde encontrarlos, centrada en la ciudad de Nueva York.
Crecí con Harry Potter, casi de forma literal: me leí el primero de los libros a los doce años y los siguientes se fueron publicando de forma sucesiva, por lo que creo que me encontré con la saga de la mejor manera posible. Sin embargo, son novelas disfrutables por cualquier persona de cualquier edad; prueba de ello es el hecho de que mi padre estuviera tan enganchado como yo a Harry Potter y La piedra filosofal.


-Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë (1847)


Uno podría decir que Cumbres Borrascosas ni siquiera transcurre en la Tierra, sino en un microcosmos ajeno a la vida, a la historia y a la realidad que rodea a sus personajes; la sensación que transmite es la de estar al margen del mundo, de lo convencional y de lo ortodoxo. Sin embargo, y pese a la originalidad tanto narrativa como argumental de la novela, es difícil imaginarla en otro entorno distinto del inglés.

El señor Earnshaw, propietario de la mansión Cumbres Borrascosas, acoge en su hogar a un niño llamado Heathcliff y comienza a tratarlo como si fuera un hijo más, su predilecto; junto a él crecen dos hijos biológicos: Catherine, gran amiga de Heathcliff, y Hindley, que lo verá de por vida como un impostor y un rival. La historia de estos personajes se choca de bruces con quienes serán sus únicos contactos fuera de la familia: los hermanos Edgar e Isabella Linton. A partir de ahí, nos encontramos con una vorágine de locura, odio y desdicha derivados de las decisiones pasadas y del "encierro" en el que se nos muestra a unos personajes dominados por sus emociones y cegados por pasiones que escapan a su control.
Es una obra que cambia a aquel que la ha leído, que demanda una atención completa cuando uno está frente a sus páginas y convierte al lector en cómplice voluntario de venganzas y traiciones de las que no desea escapar.


Aunque he leído muchas más obras enmarcadas en Reino Unido y en Inglaterra (por ejemplo, Hyde Park es inseparable para mí de Drácula), éstas son quizá las más significativas para mí en cuanto a que, de alguna forma, traducen en sus personajes y hechos aquellas características que considero fundamentales de esa región que amo.


Volveré a colaborar en el proyecto dentro de unos meses, ya que también voy a hablar de libros ambientados en Japón


¿Recomendaciones? ¿Comentarios sobre los libros que he citado? ¿Viajes inolvidables para vosotros? Estoy abierta a todo. 


¡Feliz miércoles!