
Decía Rakiu que es como Pocahontas pero ambientada en la actualidad y con el aliciente de un planeta nuevo y una especie diferente, y realmente hay muchas similitudes entre una y otra historias, fundamentalmente porque en las dos se nos presenta una civilización primitiva contrapuesta al hombre de ciencia, al hombre que avanza, al hombre que lo consigue todo. Es bastante común a civilizaciones de este tipo (y buena nota deberíamos tomar), además, el fuerte vínculo con la naturaleza, y por eso en ambos casos se la respeta y ama por encima de todo.

Me gusta, asimismo, esa capacidad increíble de desplazar tu mente y tu alma a un cuerpo diferente, con habilidades diferentes (y superiores), como cuando juegas a cualquiera de esas realidades virtuales y te creas un avatar al que das vida. Comprendía perfectamente los sentimientos del protagonista cuando volvía a su cuerpo y a sus piernas paralizadas, y se sentía abatido.

Si a todo esto le añadimos unos personajes carismáticos (estoy enamorada de Neytiri), unos actores que saben trabajar muy bien (Michelle Rodriguez siempre es un puntazo) y una cámara en continuo movimiento que te hace sentir casi todo lo que pasa dentro de la pantalla (y eso que no la vi en 3D), el resultado es brillante.

Mi puntuación no es de un 10 por el tema del argumento, pero sí de un 9 alto.
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