Este año me ha costado un poquito más ponerme a redactar esta entrada, ¡y es que a veces da una pereza echar la vista atrás! No voy a hacer un resumen de las cosas que me ha tocado vivir a nivel personal, aunque sí que tengo que reconocer que 2012 ha sido un año de logros, de demostraciones dirigidas simplemente a mí misma y de batallas ganadas (muchas). La más dura, la que no me tocó a mí directamente; cuando la estocada te la dan a ti, te defiendes, pero cuando se la dan a la persona que tienes al lado y no hay nada que puedas hacer para protegerla, la impotencia puede volverte loco. En cualquier caso, ha sido un año lleno de victorias, y no quiero quedarme con otra cosa. En lo personal, recordaré Madrid, Roma y todas las lecciones que me he dado a mí misma.
De todo lo demás, de todo lo que no afecta a mi vida directamente, pero que sin embargo ejerce una influencia demencial en ella, es de lo que voy a hablar en esta entrada. ¿Preparados?
Una vez más, la primera parada que voy a realizar se corresponde con el mundo de los libros, pues una buena lectura NUNCA puede faltar en mi vida. No soy capaz de pasar más de dos o tres días sin leer, y Goodreads.com es buena prueba de ello: de los 30 libros que me había propuesto terminar este año, la cantidad total ha sido de 41. Por supuesto, entre estos 41 se encuentran no pocos tomos de cómics manga; destaco Buso Renkin de mi querido Nobuhiro Watsuki, Pretty Guardian Sailor Moon (que está siendo reeditado por Norma Editorial), Gate 7 de las sempiternas CLAMP, la Saga de Caín de Kaori Yuki, Silver Spoon de Hiromu Arakawa (que no me gustó demasiado), el esperado final de Bokura ga ita y algún que otro tomo suelto de D·N·Angel y Pandora Hearts. No he leído demasiado de Marvel en 2012, pero sí que estoy siguiendo la nueva serie de Gambito, que no es lo mejor que he leído en mi vida, pero sale él y la historia es entretenida, así que ya es suficiente.
Si paso a centrarme únicamente en la literatura, tengo que aclarar que el estar cursando Estudios Ingleses en la actualidad implica la lectura de muchas obras maravillosas enmarcadas dentro de la producción inglesa; hasta ahora he estudiado el Medievo, el Renacimiento y Barroco, e incluso un poco de Pre-Romanticismo. Por lo tanto, Chaucer, Jonson, Shakespeare y Milton han sido personas sustanciales en mi 2012; ahora mismo estoy leyendo The rape of the lock, de Alexander Pope, y mencionaría todos los otros títulos anglosajones con los que me he encontrado, pero son demasiados y ralentizaría el ritmo de la entrada. Aparte de mis siempre queridos ingleses, han entrado en mi estantería autores como Haruki Murakami con Norwegian Wood (aunque la novela no ha sido de mi agrado), Ray Bradbury con Fahrenheit 451, Kazuo Ishiguro con Never let me go, Romulus Hillsborough con su poco objetivo ensayo Shinsengumi: The Shogun's last samurai corps o Cassandra Clare con su oxidada saga de adolescentes hormonados. Conseguí terminarme las Iluminaciones de Arthur Rimbaud y comenzar con Endimión de John Keats, he devorado muchísima poesía en inglés y en francés y hasta he leído la publicación autobiográfica de Mario Vaquerizo. Tengo comenzadas las Mil y una noches (ya había empezado a leerlo hace años, pero ahora espero llegar a terminarlo también), El espejo en el espejo de Ende, Los paraísos artificiales de Baudelaire y El vizconde de Bragelonne; el último libro que he finalizado con éxito en 2012 ha sido El circo de la noche, de Erin Morgenstern, una bonita fantasía algo carente de emoción, pero sobrada de encanto.
Si nos centramos ahora en el ámbito musical, mi principal referente a la hora de hacer inventario es Last.fm, que me encanta y ya lleva varios años a mi lado. Según este registro musical, 2012 ha sido fructífero: nuevo disco de KISS, de Aerosmith, de Sonata Arctica y de Emilie Autumn. Nuevo trabajo de mis queridos the GazettE, y en mi opinión muy superior al anterior. Nuevo disco de Shinedown, que a día de hoy es uno de mis grupos favoritos. Nuevos trabajos de mis adoradas y bellísimas Sistar, de la maravillosa Kerli y de Ayumi Hamasaki. Otros lanzamientos no se presentaron únicamente como novedosos, sino también como formas de despedida; estoy hablando de Versailles y de 9GOATS BLACK OUT, que anunciaron el fin de sus actividades dejándonos como último regalo dos discos verdaderamente hermosos. Ha sido, para mí, el año de Florence + The Machine, un absoluto descubrimiento que me ha acompañado desde enero hasta hoy y espero que lo siga haciendo durante muchísimo tiempo. Destaco, ya por último, el bellísimo trabajo de Hyde al frente de la HALLOWEEN JUNKY ORCHESTRA, donde reunió a unos cuantos grandes de la música japonesa para dar forma y color a una de sus fiestas favoritas: Halloween.
No ha habido tanta suerte en cuanto a los conciertos; ha sido un largo año de sequía en este aspecto, pero aun así disfruté mucho de los dos a los que tuve la oportunidad de asistir: el de las Nancys Rubias, a comienzos de año, y el de Luar na lubre, ya a punto de cerrarlo. Dos actuaciones completamente diferentes, pero en las dos disfruté como una cría.
En el mundo del cine tampoco me ha ido mal este año. He empezado 2012 viendo Anonymous, protagonizada por Jamie Campbell Bower y, pese a que la teoría de la película no se sostiene de ninguna manera y a que yo soy de las que creen firmemente en el Shakespeare de Stratford, me gustó mucho. He pasado tiempo con Woody Allen, un director al que hasta ahora conocía más bien poco, y me ha sorprendido muy gratamente con ese humor tan sano que desprenden todas sus películas y con su ingenio y fantasía; me han gustado todas las que he visto de él, pero tengo que recalcar que Midnight in Paris es bellísima y habría merecido muchos más premios de los que ha recibido. He repasado los filmes primeros de dos de los actores a los que más quiero: Leonardo DiCaprio y Johnny Depp, cayendo títulos como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Diario de un rebelde o Benny y Joon. He continuado con mi frenético recorrido por la filmografía de Audrey Hepburn, incluyendo la mítica Vacaciones en Roma, la dramática La calumnia, las divertidas y perfectas Ariane y Cómo robar un millón y... y la descorazonadora Dos en la carretera. Ha sido también un año acompañado de trabajos de Tim Burton, que, aunque se los pueda calificar de obras menores, a mí me han gustado muchísimo: Frankenweenie y Sombras tenebrosas. Ha estado a mi lado Kaurismäki con su cine sigiloso, desde la desesperanzada La chica de la fábrica de cerillas, hasta la brillante y evocadora El Havre, estrenada el año pasado. Tampoco me ha abandonado el cine japonés, y mis retinas han visto sucederse películas de Yasujiro Ozu, Takeshi Kitano y Yoji Yamada; he vuelto a encontrarme con la magia de Ghibli y me han entretenido muchísimo las dos versiones cinematográficas de Gantz. Otros títulos que he tenido la ocasión de saborear este año han sido: Brave, Deseando amar, Nunca me abandones, Los miserables y El hobbit. De esta última ya he hablado aquí, así que solamente aprovecharé para recomendaros Los miserables y, especialmente, la impresionante interpretación de Anne Hathaway.
Abandonando la gran pantalla, el mundo de las series no ha dejado de estar presente. Once upon a time y Revenge son los dos títulos que se han incorporado a mis listas durante 2012, y estoy enamorada de ambas, pero también he comenzado a ver la ficción española Gran hotel, la americana y menos seria The client list y la miniserie inglesa Hit and miss, que fue increíble y me dejó un sabor de boca maravilloso. En cuanto a doramas asiáticos, Corea no me llama locamente, pero No Min Woo y Hyorin son prioridades en mi vida y ellos me han llevado a empeñar mi tiempo en el visionado de Full House 2 (que me encantó) y Dream High 2 (bastante mediocre, pero entretenido), respectivamente. También he vuelto a ver 49 days, que será por siempre una de mis series preferidas, con mi queridísimo Jung Il Woo. De Japón he visto muchas más cosas: Yokai ningen Bem, Himitsu chouhouin Erika, Pride, Love shuffle, Mirai nikki: Another world, Long vacation, Long love letter, Aishiteiru to itte kure... He vuelto a ver Sapuri y Kurosagi, al igual que he vuelto a perderme, y regreso a las series occidentales, en los episodios de Robin Hood de la BBC y Black Books. Por supuesto, también he seguido disfrutando mucho con Juego de tronos y The vampire diaries, entre otras.
En fin, que mi año ha estado repleto de arte y sólo me queda desear que 2013 sea, como mínimo, igual de bueno. Que paséis una buena noche y ¡¡FELIZ 2013!!
No ha habido tanta suerte en cuanto a los conciertos; ha sido un largo año de sequía en este aspecto, pero aun así disfruté mucho de los dos a los que tuve la oportunidad de asistir: el de las Nancys Rubias, a comienzos de año, y el de Luar na lubre, ya a punto de cerrarlo. Dos actuaciones completamente diferentes, pero en las dos disfruté como una cría.
En el mundo del cine tampoco me ha ido mal este año. He empezado 2012 viendo Anonymous, protagonizada por Jamie Campbell Bower y, pese a que la teoría de la película no se sostiene de ninguna manera y a que yo soy de las que creen firmemente en el Shakespeare de Stratford, me gustó mucho. He pasado tiempo con Woody Allen, un director al que hasta ahora conocía más bien poco, y me ha sorprendido muy gratamente con ese humor tan sano que desprenden todas sus películas y con su ingenio y fantasía; me han gustado todas las que he visto de él, pero tengo que recalcar que Midnight in Paris es bellísima y habría merecido muchos más premios de los que ha recibido. He repasado los filmes primeros de dos de los actores a los que más quiero: Leonardo DiCaprio y Johnny Depp, cayendo títulos como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Diario de un rebelde o Benny y Joon. He continuado con mi frenético recorrido por la filmografía de Audrey Hepburn, incluyendo la mítica Vacaciones en Roma, la dramática La calumnia, las divertidas y perfectas Ariane y Cómo robar un millón y... y la descorazonadora Dos en la carretera. Ha sido también un año acompañado de trabajos de Tim Burton, que, aunque se los pueda calificar de obras menores, a mí me han gustado muchísimo: Frankenweenie y Sombras tenebrosas. Ha estado a mi lado Kaurismäki con su cine sigiloso, desde la desesperanzada La chica de la fábrica de cerillas, hasta la brillante y evocadora El Havre, estrenada el año pasado. Tampoco me ha abandonado el cine japonés, y mis retinas han visto sucederse películas de Yasujiro Ozu, Takeshi Kitano y Yoji Yamada; he vuelto a encontrarme con la magia de Ghibli y me han entretenido muchísimo las dos versiones cinematográficas de Gantz. Otros títulos que he tenido la ocasión de saborear este año han sido: Brave, Deseando amar, Nunca me abandones, Los miserables y El hobbit. De esta última ya he hablado aquí, así que solamente aprovecharé para recomendaros Los miserables y, especialmente, la impresionante interpretación de Anne Hathaway.
Abandonando la gran pantalla, el mundo de las series no ha dejado de estar presente. Once upon a time y Revenge son los dos títulos que se han incorporado a mis listas durante 2012, y estoy enamorada de ambas, pero también he comenzado a ver la ficción española Gran hotel, la americana y menos seria The client list y la miniserie inglesa Hit and miss, que fue increíble y me dejó un sabor de boca maravilloso. En cuanto a doramas asiáticos, Corea no me llama locamente, pero No Min Woo y Hyorin son prioridades en mi vida y ellos me han llevado a empeñar mi tiempo en el visionado de Full House 2 (que me encantó) y Dream High 2 (bastante mediocre, pero entretenido), respectivamente. También he vuelto a ver 49 days, que será por siempre una de mis series preferidas, con mi queridísimo Jung Il Woo. De Japón he visto muchas más cosas: Yokai ningen Bem, Himitsu chouhouin Erika, Pride, Love shuffle, Mirai nikki: Another world, Long vacation, Long love letter, Aishiteiru to itte kure... He vuelto a ver Sapuri y Kurosagi, al igual que he vuelto a perderme, y regreso a las series occidentales, en los episodios de Robin Hood de la BBC y Black Books. Por supuesto, también he seguido disfrutando mucho con Juego de tronos y The vampire diaries, entre otras.
En fin, que mi año ha estado repleto de arte y sólo me queda desear que 2013 sea, como mínimo, igual de bueno. Que paséis una buena noche y ¡¡FELIZ 2013!!
Lo mejor que se puede decir del 2012 es que he tenido un techo sobre mi cabeza, comida en el plato y a mi gata, y es mucho más de lo que han tenido muchos en estos 365 días de variadas mierdas económicas.
ResponderEliminarY, mientras se puedan leer libros, ver cine, y escuchar la música que nos guste, ¿qué otra cosa hace falta?
¡¡Cuánta razón!! Hay que recordar siempre que los que estamos aquí escribiendo sobre cine, libros y demás, somos los afortunados.
ResponderEliminar¡Feliz año nuevo!