Hace mucho tiempo que no presto atención a los géneros ni a las barreras que imponen. Hubo una época en que me encorsetaba entre esos muros, pero a medida que me he hecho mayor he empezado a conceder menos importancia a las etiquetas.
A muchos podrá sorprenderles que escuche a Nino Bravo, pero lo hago y lo he hecho siempre. Su voz es la voz. Su sensibilidad atrapó a una generación, y sigue haciéndolo con las siguientes. Lo breve de su carrera nos dejó momentos inolvidables y canciones imperecederas.
Hoy comparto con vosotros una de mis favoritas, y deseo que paséis un domingo estupendo.
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