¡Feliz Navidad a todo el mundo! Parece mentira lo rápido que se me han pasado estos últimos meses. ¡La Navidad ya está aquí de nuevo! Y, como siempre en los días más glotones del año, toca repasar lo que 2014 ha dado de sí, las cosas buenas que ha dejado a su paso.
Y es que, si en 2013 viví muchas experiencias nuevas, 2014 ha sido para mí un año delicioso. El año de Madrid, de todas las oportunidades que la capital ofrece, de independencia, de desafíos. El año de mis Ratones, a los que echo de menos cada día, y de una nueva aventura como maestra bilingüe.
También ha habido momentos malos, y es que el verano ha tenido episodios bastante difíciles (nada que no se supere, por fortuna) y por el camino se han quedado cosas a las que había estado bastante apegada hasta la fecha; he ganado en tranquilidad y en seguridad en mí misma al mismo tiempo que les he perdido el respeto a algunas personas a las que había considerado dignas de él.
Lo importante, y lo tengo clarísimo, es la honestidad con uno mismo. Puede que haya perdido compañías, pero he ganado la certeza de que los que se quedan son los que quiero que se queden.
En fin, ¡comencemos! Y lo vamos a hacer por el séptimo arte.
Después de haber descubierto, en la premiere en Madrid de La desolación de Smaug, al señor Luke Evans, mi 1 de enero lo pasé degustando Tamara Drewe. Han caído, en versión original (gracias, cines de Madrid), El lobo de Wall Street, Alabama Monroe, Her, Frances Ha y algunas otras que, aunque me han gustado y valoro bien, tampoco me han dejado marcada. También interesantes La ladrona de libros, Frozen, Las dos caras de enero, Desayuno en Plutón o Amigos de más. Sí que me conquistaron y se metieron de cabeza en el cajón de las que veré mil veces Ruby Sparks, Sólo los amantes sobreviven (me muero por este filme), Begin again o Dead man. Mi momento Bollywood y especialmente Aamir Khan me ha regalado maravillas como The lunchbox, Mumbai diaries o Taare zameen par, al mismo tiempo que he vuelto a ver joyas de la talla de Fanaa. Ha sido el año de Miyazaki, de su dulce adiós disfrazado de avión en El viento se levanta; ha sido también la despedida de El Hobbit de Peter Jackson, que, si bien para mí no ha cerrado con la dignidad que esperaba, ha sido en cualquier caso una trilogía que me ha dejado sonrisas y lágrimas y un montón de momentos maravillosos. También me han gustado mucho Días del futuro pasado, la nueva de Drácula (aunque con mesura) y Magia a la luz de la luna.
En fin, a un par de días de ver Unbroken y Big eyes, ha sido desde luego un año que se ha dejado notar en el mundo del celuloide. Y en mi bolsillo, ya que he ido al cine más que nunca.
En cuanto a la pequeña pantalla, ha habido un poco de todo. Me he enfadado enormemente con series como Once upon a time o The vampire diaries y hasta he dejado de verlas por períodos prolongados, pero, por alguna razón, acabo regresando a ellas. Ha tocado volver a ver, enterita, El internado; y me ha sorprendido la cantidad de detalles que no recordaba. También veo de nuevo, en este momento, la maravillosa Gran Hotel, de lo mejorcito que se ha producido en España; y Yo y el mundo, que, ahora que soy profe de verdad, resulta mucho más divertida.
Me he aventurado con Los mosqueteros, de la que ya hablé y que, pese a tener poco que ver con mi novela favorita, me gustó y continuaré en 2015. Me he prendado de Reign (con bajonazo y reenganche en su segunda temporada), Black Sails (me pierden los personajes de esta serie), Orphan Black (lo de Tatiana Maslany es innombrable) y la última de Águila Roja (si bien va en descenso, ha tenido sus momentos grandes). Me he visto también Mistresses (la primera temporada fue lo suficientemente intrigante para tenerme enganchada; la segunda me aburrió), la tercera de Revenge (que en este 2014 está que se sale) y, por supuesto, Juego de tronos, Witches of East End (qué pena de segunda temporada) y Peaky Blinders (GRANDE lo de esta serie).
Aunque insisto en que siempre estoy viendo doramas, éste no ha sido el año. Sé que me he vuelto a tragar unos cuantos de mis favoritos (Orthros no inu, Love Shuffle...), pero no tengo buena memoria para enumerarlos. El último que sí ha caído ha sido The greatest marriage, con mi No Min Woo; no es una gran serie, pero los temas que trata sí que son interesantes. También me ha gustado Golden rainbow.
Literariamente hablando, hay tres hechos a los que necesito aludir para que se entienda el impacto de 2014 en mi mundo. El primero de estos sucesos es que, después de toda una vida soñando con poder asistir, por fin he podido pisar la Feria del Libro de Madrid, y no sólo eso sino que encima he visto a Neil Gaiman y me ha firmado un libro. El segundo es mi participación en un curso de la Escuela de Escritores, el cual ha supuesto todo un reto y me está empujando mucho a continuar y a perfeccionar lo que hago. En tercer lugar, este año también visité la Feria del Libro de Valladolid y en ella pude conocer a Ignacio Martínez de Pisón, autor de uno de mis libros favoritos de la adolescencia: El viaje americano; poder llevarle mi ejemplar y decirle cuánto me importaba fue algo mágico y que no olvidaré.
Tengo que decir, y el hecho de estar trabajando es en buena parte culpable de ello, que por primera vez no he superado mi challenge de Goodreads con mayoría de libros frente a minoría cómic; y es que he tenido tantas ocupaciones que he leído menos de lo que me habría gustado y si he llegado a la cifra de treinta es sólo porque he continuado con Sailor Moon e Ikigami y he comenzado en formato físico Kaze Hikaru; también he podido por fin leerme Goth, tras años de amor incondicional a la película, y eso que está muy lejos de ser perfecta. Sí que han caído montones de cuentos (qué remedio), así como el libro de Johnny Weir (¡por fin!), Terra Brava de Ánxel Fole, El hombre que plantaba árboles, The crimson crown (cuarta y última entrega de la saga del Rey Demonio), La utilidad de lo inútil, Troll (de Johanna Sinisalo), Las ventajas de ser un marginado y Los carillones de Dickens. He empezado la saga Tomorrow, de John Marsden, y tengo que decir que es de lo mejorcito que he leído dentro del género de la literatura juvenil; aunque la premisa no lo sea, os garantizo que los sentimientos y forma de comportarse de los protagonistas son muy realistas, y eso es lo que hace que sucesos tan atípicos resulten perfectamente creíbles.
He leído mucha poesía, incluso he comenzado En las orillas del Sar, La pipa de opio y Por quién doblan las campanas; pero están en proceso de ser devorados.
He leído mucha poesía, incluso he comenzado En las orillas del Sar, La pipa de opio y Por quién doblan las campanas; pero están en proceso de ser devorados.
En fin, que, aunque no haya leído tanto como en años anteriores, cada lectura ha sido una gran empresa. ¡Viva la literatura!
Musicalmente, este año que acaba ha sido un verdadero regalo. Me refiero, en primer lugar, a los conciertos: he tenido la ocasión de ver a Tarja, a Sonata Arctica (qué grandes ambos shows), a Fito y Fitipaldis (de nuevo), a Jamie Cullum y a Ryoma Quartet; iba a ver también a Anette Olzon, hasta que canceló el día anterior y no de muy buenas formas. Lo mejor es, no obstante, la premisa de lo que viene, y es que ya tengo entradas para KISS y Apocalyptica en 2015 y noticia de unos cuantos conciertos más que me interesan; vivir en Madrid, para estas cosas, es todo un lujo.
De acuerdo con Lastfm, mis artistas más escuchados de 2014 incluyen a: L'Arc~en~Ciel, los propios Sonata (me muero por volver a verlos), Amorphis (a quienes vi en directo en 2013 y me tienen adicta), HIM, SISTAR, The Veronicas... Han salido a la venta Termination Bliss de Deathstars, P.S. I love you de Gackt, Pariah's Child de Sonata, Diamond in the firepit de Brother Firetribe o TOUCH & MOVE de SISTAR. Y, qué demonios, también me he hartado de escuchar el Can't remember to forget you de Shakira, el Mamacita de SUPER JUNIOR, A lifetime of adventure de Tuomas Holopainen o Lie Lie Lie de Serj Tankian.
Como comentaba al inicio, ha sido un año de experiencias, ya no sólo a nivel laboral, sino también en cuanto a la distribución de mi tiempo libre. He sido muy turista y visitado tanto la Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares, Manzanares el Real, Aranjuez, El Escorial...), como otros puntos de España que no conocía: Guadalajara, Burgos, Segovia y Barcelona. He aprendido a amar mucho más mi Galicia, y he presenciado toda exposición de arte que me ha sido posible. He visto en el teatro Los Miserables y Dalí versus Picasso, he visto jugar a Nadal en el Mutua Madrid Open, me he comprado un bajo eléctrico (¡finalmente!) y he cumplido el sueño maravilloso de ver una competición de patinaje en vivo (gracias, Barcelona). He estado en Faunia, en la Warner, en el Torrejón de Ardoz de ensueño que sólo renace en Navidad, y en mi querida Pucela. Me he mudado a Madrid ciudad y he empezado a descubrir lo genial de vivir sola. He conocido a gente que no dejaré escapar, y he vivido momentos que no olvidaré.
Por último, no quiero despedirme sin repetir que en 2014 le tuve que decir adiós a una de las cosas más bonitas que me he encontrado en la vida. Te echo de menos y te quiero con locura, pequeño. Gracias por todo lo bueno que has dejado a tu paso.
2014, gracias por todo. Espero que 2015 traiga la mitad de lo que promete, y espero que, cuando acabe, pueda volver a decir que he crecido, que he madurado, que me siento mejor conmigo misma. Que sigo abriendo las alas cada mañana. Que no dejo de soñar.
¡Feliz Navidad a todos! Un beso fuerte.
Coincidimos en unas cuantas películas, aunque algunas las vi unos años antes. Tamara Drewe es una comedia muy ácida, Luke Evans me encantó en El hobbit 2 y en Drácula (aunque la pelí, así así).
ResponderEliminarLo que han hecho con Once upon a Time y su product placement de Disney me parece sangrante, y, eh, creo que es la primera vez que vuelvo a leer una mención a Anxel Fole desde que en el colegio nos lo metían (y enseñaban a odiar involuntariamente) a sangre y fuego junto con muchos otros que debería volver a releer.
¡Feliz próximo año! Y ante lo que venga...bueno, como decía Douglas Adams: Don´t Panic.