lunes, 7 de noviembre de 2016

Mis librerías favoritas - Parte I

Foyles en Charing Cross (Londres). Imagen extraída de Pinterest.

¡Señoras, señores, que inauguro sección! Que sí, que vuelvo a comprometerme a, algún día, escribir una segunda parte, aunque esto suceda dentro de cinco años.

Para mí, hay una serie de puntos básicos a visitar cuando viajo (con tiempo) a cualquier localidad: cementerio, catedral/iglesia, plaza principal, librería. No me gusta irme de un sitio sin haber descubierto estos imprescindibles, que para mí definen bastante bien la identidad de un lugar. 
Por otra parte, leo sin parar desde los cinco años y no hay muchas ubicaciones donde me encuentre tan a gusto como en una buena librería, así que me parece justo devolverles el cariño hablando de ellas (cualquier día abro sección similar pero de cementerios, bibliotecas o catedrales). Planeo seguir viajando y descubriendo nuevas librerías en los lugares por los que pase, de manera que dentro de unos meses os dejaré más recomendaciones. Por lo pronto, aquí van unas cuantas:

  • Librería Follas Novas (Santiago de Compostela). Siempre hay un lector para cualquier libro, le decía su fundador hace unos años a La Voz de Galicia, No se vende lo que no se tiene.
    Follas Novas lleva abierta desde los años 70 y es una de las librerías por las que todo gallego ha pasado alguna vez. Es un negocio familiar, que desprende ese cariño de las tiendas de dicha categoría. Ha sabido modernizarse e incluir siempre los títulos más candentes, pero también conservar un fondo que pueda interesar a los lectores que vamos más allá. Además, en Follas Novas vi por primera vez a Laura Gallego, una autora a la que le tengo muchísimo cariño; recuerdo ese día con ilusión porque me cogí un tren desde Ourense (cuando no había Avant) sólo para eso.

  • Librería Librouro (Vigo). También un negocio familiar iniciado en la década de los 60, Librouro es un lugar por el que me pasaba con frecuencia cuando estudiaba Traducción e Interpretación en Vigo; y al que procuro acudir siempre que estoy por la ciudad olívica, la cual quiero con locura. El trato siempre es estupendo y los propietarios saben recomendar obras que pueden interesarte, además de estar prestos a pedir cualquier libro que necesites sin ningún problema. Es uno de esos sitios con encanto se mire por donde se mire.
Librouro (Vigo). Fotografía de La Opinión de A Coruña.
  • Librería Foyles (Londres). Cambiando totalmente de latitudes, Foyles es la librería que siempre se me viene a la cabeza en primer lugar. Abierta desde 1903, la descubrí por casualidad en el mes y medio que pasé en Londres en 2010. Fue amor instantáneo y sus seis o siete plantas repletas de una variedad poco usual en las cadenas modernas prometieron tener el potencial de convertirse en mi hogar. Es más, cuando, años después, me planteé dejar este país e irme a buscar un poco más de fortuna a Reino Unido (cosa que no tuve que hacer finalmente), el primer currículum que pensaba echar se iba a ir a Foyles.
    Tengo que decir que, cuando regresé a Londres, tras cinco años, y me acerqué a ese lugar maravilloso, me llevé un chasco importante: la habían movido de sitio y se había convertido en una especie de Waterstone's. En 2011 habían vendido el edificio que ocuparan durante un siglo para establecerse en otro más moderno, justo al lado, en la misma Charing Cross, y darle un lavado de cara a la tienda. Sigue siendo fantástica y repetiré una y otra vez, pero es verdad que para mí ha perdido gran parte de su magia. (Aunque el hecho de que, hace unas semanas, tuviera que cerrar varios días por inundación, se la ha devuelto un poco. Llámenme loca).

  • Librería Carmen (Parla, Madrid). Mi primer año en Madrid transcurrió en la tranquila y feúcha localidad de Parla, a la que sin embargo no puedo sino querer. Aparte de algún parque y de mis recuerdos endulzados, lo que más me gusta de Parla es la librería Carmen, un negocio modesto que sin embargo se ha ganado fama a nivel España por la atención de su personal y la cantidad de actividades que ofrecen, además de ser un espacio que tiene magia. Está especializada en el público infantil (aunque hay de todo) y entrar en ella es enamorarse. Decídselo a mi bolsillo: ese año me compré una cantidad de cuentos que no he vuelto a adquirir. 

  • Librería Oletvm (Valladolid). Oletvm es otro clásico y con razón: ya casi cumple un cuarto de siglo imponiendo una forma de hacer las cosas que busca la satisfacción del cliente sin sacrificar un abanico de temáticas y géneros amplísimo. Nacieron con una idea pionera en su momento y que después llevarían a la popularidad estatal varias franquicias: la del establecimiento dedicado al ocio, a la música, a la lectura, al cine. Tienen otra que se llama Oletvm Junior y es igualmente encantadora. No debería ser legal pasar por el centro de Pucela sin detenerse en Oletvm. 

  • Pasajes Librería Internacional (Madrid). Ubicada entre Colón y Alonso Martínez, es uno de esos lugares donde siempre acabo comprando algo. Se trata de una librería donde se pueden encontrar libros de todo tipo en más de diez idiomas. La selección es muy amplia y esto es maravilloso para los amantes de la versión original. El trato siempre es excelente.

  • Blackwell's Bookshop (Oxford). Blackwell's es a día de hoy una franquicia bastante extendida a lo largo y ancho de Reino Unido, pero su buque insignia lo constituyen las inmensas instalaciones que tienen en la Broad Street de Oxford. La primera tienda, de la que os hablo, se inauguró en 1879 y actualmente está dividida en distintos locales debido a que se fue ampliando según el negocio mejoraba. Debo decir que en un primer momento me chocó y me sentí un poco abrumada por la aparente desorganización de los fondos (me costó, en general, acostumbrarme a la forma de organizar los libros en Reino Unido, pero no sé si es porque antes era peor -ya que ahora no observo nada raro- o porque yo en 2010 era más zopenca aún que en la actualidad), pero, en cuanto me dejé llevar, el lugar es una joya donde se puede encontrar cualquier cosa, se busque o no. 
Librería de calle San Ginés (Madrid). Foto extraída de http://blogs.nebrija.es
  • Akateeminen Kirjakauppa (Turku). En Finlandia dediqué parte de mi tiempo a buscar librerías maravillosas y, aunque entré en alguna de esas viejas y polvorientas que tanto me gustan, la verdad es que la que realmente me enganchó fue la Akateeminen de Turku, situada dentro de un centro comercial al lado de otra franquicia grande, la Suomelainen. Aunque el grupo se fundó en el siglo XIX, la apariencia es la de una librería totalmente moderna (quizá le pasó como a Foyles). La de Helsinki no me gustó especialmente, pero la de Turku me pareció una gozada por la cantidad de géneros que ofrecía, así como por la cuidada organización y lo que llevaba una semana buscando desesperada: ¡una sección de literatura finlandesa en inglés! También tiene una planta de papelería; todo muy caro y muy bonito. 

  • La Central de Callao (Madrid). Elaborando este listado, me doy cuenta de que me faltan muchísimas librerías por descubrir en Madrid. Y es que, reconozcámoslo, con la presencia de grandes cadenas como FNAC, La Casa del Libro o El Corte Inglés, muchas veces lo fácil es irse a grandes superficies. Sin embargo, La Central de Callao es un espacio sin par en España: ya no sólo por su librería, que es una delicia laberíntica cargada de sorpresas, sino porque además tiene una cafetería/restaurante y, en el sótano, un pub donde se organizan representaciones teatrales, recitales de poesía y otros eventos. La Central es un lugar para amantes de la cultura y no renuncia a la calidad. 

¡Aquí termina mi lista por ahora! No he mencionado mis librerías absolutamente favoritas, que son esos rincones del londinense barrio de Bloomsbury donde hay bargains a patadas pero es necesario rebuscar entre las montañas sin clasificar (¿que por qué amo Black Books?): son las mejores, pero no recuerdo sus nombres. También obvio, de momento, otras como San Ginés (Madrid) o Tuuu Librería (Madrid, Barcelona), pero puede que escriba una entrada más específica dedicada a lugares de ese tipo; ya veremos.
Como digo, me queda mucho por viajar y mucho por descubrir también en los lugares que me resultan cercanos. Para la próxima entrega, prometo traer más librerías de Madrid y, ¡ojalá!, otras ubicadas en lugares distintos. También es posible que me haya dejado alguna en el tintero y después me martirizaré por ello. 

¡Recomendaciones, por favor! Las exijo.

4 comentarios:

  1. Holaaa!
    Me ha encantado la entrada y madre mía todo lo que has viajado!!
    Yo también suelo visitar cuando voy a algún sitio una librería sobre todo porque me gusta llevarme un recuerdo de los sitios a los que voy pero no me gustan los típicos recuerdos así que me compro un libro y cuando lo veo en la estantería recuerdo el lugar y la librería donde lo compre.
    Espero que haya segunda entrega, aunque sea dentro de 5 años jajaja que esperemos que no!
    un beso =)

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias por pasarte, maja!
    Y ojalá hubiera viajado una centésima parte de lo que quiero hacerlo, jajaja. Al final, la mayor parte son de Galicia (de donde soy) o de la Comunidad de Madrid (donde me ha tocado vivir).
    Estoy abierta a recomendaciones y deseando descubrir librerías nuevas. Y, si te pasas por alguno de estos lugares, ya sabes cuáles puedes visitar. :)

    ResponderEliminar
  3. Aunque quede tópico, la librería Lello e Irmao en Porto. No solo porque es preciosa y servir de inspiración para Harry Potter (ojo, no se pueden hacer fotos) sino porque llegan a tener un catálogo la mar de curioso: desde los de las editoriales grandes hasta otros casi autoeditados o sacados por casas muy pequeñas.
    La verdad es que en los últimos años, entre tableta y ebook, me distancie mucho de las librerías, e incluso de los libros en papel: algunas ediciones "antiguas" llegan a precios escandalosos (vale que un libro de Elric de Martínez Roca es difícil de encontrar, pero no es el Necronomicon. No me cobren un bolsilibro a 40€). Me acabé quedando, simplemente, con lo que me cuentan, sea papel o e- tirnta. Pero eso no quiere decir que no vaya más de una vez a revolver a los cajones de a un euro..

    ResponderEliminar
  4. Sin embargo, Renaissance, no sé si estarás de acuerdo en que los ebooks son muy caros en España; al menos a mí me da un telele cada vez que veo alguno por 12 o 15 €, y los hay.
    En cualquier caso, yo tengo ereader y no lo aprovecho porque no acaba de gustarme como leer en papel. Cuestión de preferencias. :)
    La Lello e Irmao la tengo pendiente desde hace mil años, y mira que voy veces al norte de Portugal y he frecuentado en su día el aeropuerto de Oporto... pero a la ciudad nunca acabo bajando.

    ResponderEliminar

Al comentar en este blog, manifiestas conocer y estar de acuerdo con la Política de Privacidad del mismo.