viernes, 30 de diciembre de 2016

Adiós, 2016; ¡bienvenido, 2017!


Varias de mis entregas de fin/principio de año hasta la fecha han constado de una enumeración extensa de favoritos o grandes éxitos del período que se cerraba. Sin embargo, ya hace doce meses que lo hice de otra manera y voy a seguir el consejo de mi yo de 2015. 

2016 ha sido un año muy completo, con malos momentos y con buenísimas experiencias de esas que recordaré a los noventa. Ha tenido frustración, desánimo, ansiedad, ilusión, amor... felicidad, pues para mí es eso: la capacidad de hallar paz por encima de las emociones. Sigo estando en un buen lugar conmigo misma, en ese al que llegué hace apenas un par de años y, aunque queda mucho camino por recorrer y quiero seguir dando pasos que cuenten, lo cierto es que aquí ya me siento lo suficientemente realizada como persona. No ha sido sencillo alcanzar este grado de calma ni siempre es fácil mantenerlo, pero hay unos cimientos que ya son intocables, y de ahí todo es subir. Gracias a la vida, a las personas que me he cruzado y a los desafíos con los que me he encontrado por hacerme valorar tanto quien soy. 
Sé que soy una afortunada y no quiero dar nada por hecho, pero prometo exprimir hasta la última gota esta suerte.

2016, de ti me llevo mi Móstoles, que querré de por vida; me llevo mis primeros viajes reales sola, que me han aportado tantas sensaciones a las que ya no podría renunciar; me llevo Londres, eterna en la historia de mi existencia y que contemplé este año no sólo a pie de calle, sino también desde una altura de 300 metros; me llevo a esos niños que a veces son los peores enemigos de mi neurólogo pero a los que no me arranco del corazón; a compañeros que no siempre actúan como tales pero que me han enseñado lecciones, y a aquellos que honran el concepto y se quedan como amigos; me llevo Cuenca, Zamora, mi Ourense y mi Vigo, Tui, Playa América y Panxón, al Gran Wyoming y aquella parrillada carísima en la Casa de Campo.
Me llevo la convivencia con mi hermana, temida sin razón; las noches de gin-tonics, la terraza junto al parque Cuartel Huerta y las excursiones a Arcadia Cómics; los Trivial interminables y los cartones de la cocina.
Me llevo algunos conciertos de los que hacen historia: Oomph!, el hada que es Florence Welch, Counterfeit y un Jamie Campbell-Bower que en persona está a años luz de lo que transmite cualquier cámara, ¡los premios IIFA de Bollywood que tuve la suerte infinita de presenciar y en los que conocí a un montón de gente asombrosa! Me llevo a unos Anthrax en plena forma, a los adorables Red Hot Chili Peppers, a una Tarja inmensa y el día maravilloso que pasé volviendo a ver a Nightwish en una compañía insuperable.
Me llevo, claro, algunas películas: Atonement, El libro de la vida, Captain Fantastic, Kubo y las dos cuerdas mágicas, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Zootrópolis, Escuela de jóvenes asesinos, Nuestra hermana pequeña...
Y algunas series: Vicious (¡ay!), ¡The IT Crowd (I'm disabled)!, este revisionado revelador e impresionante de LOST...
Me llevo libros: El castillo de los Cárpatos, The city of woven streets, Memorias dun neno labrego, Los gondoleros silenciosos, La sombra del viento y los dos últimos tomos de mi amada saga Tomorrow
Me llevo Tallin y esa belleza que encoge el corazón. Me llevo Lisboa, irregular y mágica, susurrada, acogedora y gallega. 
Me llevo Finlandia, ¡el sueño de mi vida! Me llevo el desconcierto inicial al salir a las seis de la mañana de la estación de Helsinki y mirar alrededor; a la cajera de Joensuu que se pensó que era finlandesa porque le dije un par de frases correctas; el paseo en barco por el Saimaa que terminó bajo la lluvia; la quedada con personas de todas partes con el único punto en común de haber coincidido allí; la conversación de habitación a habitación con Rosette, mi casera filipina, y la kettle humeando en aquel cuarto de Iso Roobertinkatu; el momento en que vi a Perttu de Apocalyptica comprando en Zara; el mediodía de Suomenlinna, que no se compara a ningún otro; las calles de Helsinki, diversas sin mostrarse desordenadas, llenas de vida y arte y respeto; el molino que se cierne sobre el río Aura y al que no se puede llegar; las barbacoas en Solnantie y dos edificios que significan mucho para mí.
Me llevo el recuerdo amargo de los que se han ido: algunos, de mi vida; otros, de la vida. Me llevo la tristeza de haber perdido a Bowie y Prince, al gran Alan Rickman, a Leonard Cohen, a Agustín Fernández Paz y, como estocada final, al maravilloso George Michael y a nuestra eterna princesa Carrie Fisher. El mundo es un lugar que, tras este 2016, da un poco más de miedo que antes; muchas cosas terribles que suceden en muchos lugares y esos pequeños rayos de esperanza que nos abandonan. 
Me llevo Madrid con todo lo que me regala a diario. Me llevo San Martín de Valdeiglesias y los paseos en coche por Pelayos de la Presa, Navas del Rey y El Tiemblo. Me llevo las visitas exprés a Villamantilla, Aldea del Fresno y Villa del Prado; todas esas aventuras surrealistas en mitad del campo de la Sierra Oeste.
Me llevo a mi familia, porque los que están son familia, que me ha arropado en los momentos difíciles y desconcertantes del año. Gracias eternas por todo.
Me llevo, ¡en fin!, una maleta de sucesos, de amores, de tristezas; que estoy orgullosa de cargar sobre mis hombros y que espero que sean la luz cuando la oscuridad resulte impenetrable.


No, no he cumplido todos los propósitos redactados hace doce meses. Algunos se han quedado a medias, otros completamente olvidados. Así, pues, llega el momento de formular unos nuevos para el año que entra y la tarea siempre es complicada. ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué es lo que puedo mejorar? Hay demasiado que no depende de mí, pero en las cosas que sí lo hacen tengo que seguir trabajando duro. Sé que merecerá la pena.

En fin, aquí los que espero, al menos, iniciar; y cuyo grado de consecución posiblemente evaluaré el próximo mes duodécimo:

1. Hacer ejercicio. Cae siempre y jamás avanzo demasiado, y es que me cuesta mucho sacar tiempo para ello. Pero lo necesito, especialmente ahora que llevo mes y medio inmovilizada por una lesión y empiezo a tener el cuerpo bastante rígido.

2. Organizarme para estudiar. Otra cosa que se me hace imposible, ya que me llevo muchísimo trabajo para casa y ser maestra es bastante cansado... ¡Pero tengo que hacerlo! Haya o no oposiciones en 2017, es importante que lleve adelantada la mayor cantidad de trabajo posible y que vuelva a adquirir rutinas; también debo empezar a decir que no a todas las horas extras no remuneradas que me obligo a hacer en casa, así como controlar los descansos, que son imprescindibles. Cuanto más pasa el tiempo, más cuesta arriba se me hace compaginar ambas cosas, pese a que este año no me haya matriculado en la UNED (a la que espero regresar para el curso siguiente).

3. Seguir viajando, sola y acompañada. Este año ha sido glorioso porque por primera vez me he ido del país sin compañía, y no cambio esas experiencias por nada. Me han aportado tantas cosas que creo que ya soy una adicta a la mochila al hombro y mis pasos sin eco. 2016 ha supuesto la realización de uno de mis sueños más grandes en este sentido y me encantaría que 2017 trajera más sorpresas turísticas.

4. Seguir escribiendo en el blog a este ritmo, y en el de traducciones periódicamente. En los últimos meses, he adquirido un hábito de escritura aquí en House of the Silent que no había tenido antes (ha influido bastante el hecho de dejar el canal de Youtube) y me siento muy contenta, además de tener un montón de ideas para el futuro. No pretendo publicar todas las semanas y seguramente no lo haré, pero seguir adelante con secciones como el Domingo de Poesía o los Favoritos de forma sistemática es una meta realizable; aunque no lo haga siempre, siempre.

5. Mejorar mi alimentación. El año pasado, inspirada por Youtubers como Rawvana, logré cambiar comidas basadas en hidratos de carbono por verduras y frutas, además de racionar mejor los alimentos. Sin embargo, con el estrés de este primer trimestre de curso he vuelto a hábitos menos sanos y quiero sustituirlos poco a poco.

6. Leer más. No me voy a proponer un reto altísimo en Goodreads porque sé que no dispongo de tiempo, pero sí que quiero leer, por lo menos, cinco poemarios enteros, diez novelas, algún tomo de ensayo filosófico y varios cómics y novelas gráficas. Habitualmente leo en inglés y español, pero me gustaría empezar a hacerlo también en francés, portugués o italiano, pese a que no los hablo; de nuevo, mínimo un libro en gallego será imprescindible. Ojalá algunas de las novelas que lea pertenezcan a mi lista de libros que leer antes de morir.

7. Escribir más. Siempre lo digo y soy un desastre que empieza mucho y no termina nada. Es sencillo escribir poemas (que sean buenos es otra cuestión), pero completar relatos o novelas cuesta cada vez más; lo triste es que se me ocurren mil ideas y acabo abandonándolas. Debo ser más justa con ellas; me lo debo. He trasladado mi dominio personal de escritura (cuervosymariposas.com) a Blogger y confío en que esto hará más sencillas varias cosas.

8. Participar en actividades de escritura. Hace un par de años, estuve en la Escuela de Escritores y resultó ser una experiencia muy enriquecedora. Espero, como tarde en septiembre, volver a apuntarme a otro cursillo (ya sea en ese portal, en uno distinto o de forma presencial), ya que me ayuda mucho a recuperar la rutina y a mejorar cosas en las que fallo.

9. Ser menos cruel. Ya he transformado mis hábitos de consumo cosmético, pero me gustaría ir sustituyendo también otros productos. Quiero llevar un estilo de vida más limpio y acorde con lo que siento.

10. Estudiar otras lenguas. Me he iniciado en el finés, italiano, portugués y alguna más de las que me gustaría seguir aprendiendo porque me enamoran. También estoy siempre pensando en retomar el francés, ya que tenía un buen nivel y lo dejé morir. En fin, que quiero seguir aprendiendo idiomas porque me vuelven loca.

11. Seguir siendo feliz. He alcanzado un nivel de paz en mi vida con el que me siento muy cómoda y que espero seguir nutriendo. Los baches, los problemas, las ansiedades ayudan a continuar subiendo y mejorando, que es lo que pretendo. Ojalá todas las experiencias fueran buenas, pero de las que no lo sean quiero aprender. Hay mucho por andar.


En fin, ¡no pido poco! Va a exigir trabajo y constancia, y esto último no es nada sencillo. Tengo muchos motivos para pelear y muchos sueños que llevar a cabo, así que no voy a relajarme.

¿Y vosotros? ¿Os habéis marcado propósitos para el año que entra?

Os deseo una feliz noche mañana y que tengáis la fuerza necesaria para plantarle cara a la vida. ¡Feliz 2017!

4 comentarios:

  1. Este año solo puedo parafrasear al doctor Iglesias y decir que ha sido raro, raro...a nivel personal, bueno, lleno de cambios y lecturas. Pero también ha sido asombroso el ver como personajes muy importantes (que nos gusten, o no, habían moldeado la cultura popular de los últimos años) caían como moscas dejándonos un poco huérfanos. De hecho, ojiplática me he quedado con lo de Agustin Fernandez Paz. No me había dado cuenta de su fallecimiento hasta que lo mencionaste, y precisamente ayer en pleno siroco decidí revisar el estante de los libros que me habían mandado en el instituto y releer Cartas de Invierno.

    En todo caso, como diría mi abuela: de hoxe nun ano.

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  2. Hola Kaoru!!
    Yo también viajé sola hace un par de años a Estambul y Capadoccia y es una experiencia increíble!!
    Veo que tienes unos objetivos muy claros!!
    Yo sólo pido que el el 2017 sea cómo mínimo igual de bueno que el 2016!! Sobre todo seguir teniendo trabajo, que para mí es la base para que todo lo demás funcione... Respecto a la dieta, yo he dejado de comer gluten y he notado una gran diferencia...
    Deseo que se cumplan todos tus propósitos y una muy buena entrada de año nuevo!! ;)

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  3. Hola guapaa!!
    Madre mía que pedazo de resumen! Y lo mejor de todo es que he disfrutado un montón leyéndolo y viendo que ha sido un buen año, con sus cosas malas pero como tu dices, lo importante es quedarse con lo bueno.
    Me alegro de que hayas cumplido tu sueño y hayas visitado Finlandia!! (justo ahora lo estábamos hablando por twitter y lo único que puedo desearte es que repitas este año). Yo espero probar eso de viajar sola aunque en principio la idea es quedarme en España, lo del extranjero sola para más adelante jajaja
    Me alegro mucho de que hayas tenido un año tan completo y espero que cumplas tus propósitos aunque algunos cuesten!
    Un beso y feliz año =)

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  4. @Renaissance Para mí a nivel personal ha sido un año increíble, pero es cierto que te paras a mirar alrededor... y qué miedo. Entre atentados, golpes de estado ¿reales? ¿ficticios?, política nacional e internacional, artistas fallecidos... Espero que 2017 venga un poquito más tranquilo. Agustín Fernández Paz me dio muchísima pena porque de pequeña vivía pegada a algunos de sus libros.

    @Ana Belén ¡Estambul es uno de esos lugares que amaría visitar! Aunque no es la mejor época para hacerlo, por desgracia... Viajar sola es maravilloso, te aporta muchísimo.
    Estoy de acuerdo en lo del trabajo, es algo muy importante y hay que pelear por mantenerlo, porque tal y como siguen estando las cosas...
    Lo del gluten quiero probar a reducirlo, no quitármelo del todo pero sí controlarlo más, y a ver.

    @Sandra Gracias por tus palabras. :) Yo también deseo que cumplas tu viaje soñado este año y que supere con creces tus expectativas; ¡seguro que sí! Viajar sola engancha, ya lo verás. Yo también empecé poquito a poco por España (y con mucho miedo), y de momento no he salido de Europa sola, pero me encantaría. Paso a paso.

    ¡Feliz 2017! :***

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