lunes, 3 de abril de 2017

Lo que me llevo de Black Sails

Cuando me fui a clase aquella mañana, tras haberme levantado siendo aún de noche para ver en directo el final de LOST, pensé que nunca volvería a hacer lo mismo por ninguna serie. Que ninguna estaría en el pedestal en el que Perdidos se colocó desde el primer minuto.
Siete años más tarde, ha tocado ir a trabajar tras haberme desvelado por vivir el último episodio de Black Sails en su momento de estreno. No quiero decir nunca, pero es bastante difícil que vuelva a hacer esto por una tercera serie. Que llegue la que me apriete y estruje y calcine el corazón como estas dos lo han conseguido.

Aunque en este momento cuesta asimilar que llegará el día en que supere el hecho de que Black Sails ha finalizado después de tan sólo cuatro temporadas, no quiero centrarme en las lágrimas tristes. Hay muchas cosas que me llevo de esta serie que ha sido lo más exquisito que he visto nunca, y pretendo enumerar algunas de ellas para poder asumir la realidad de su despedida con una mejor cara.

Lo que me llevo de Black Sails:


  1. Risas
Hay tantos diálogos cargados de ironía o de estupidez que me sé ya de memoria, tantas escenas que me rompieron y supieron aportar al drama de la serie un humor ácido e inteligente. Discusiones cotidianas, piratas sin demasiadas luces y momentos deliciosos.
Jack Rackham es el maestro del sarcasmo en esta serie y, aunque en un inicio no comprendía qué pintaba ahí, tardó muy poco en enamorarme por completo. Jack es uno de mis personajes favoritos y me los llevo a él y a Toby Schmitz en el corazón para siempre.

     2. Sorpresas

A pesar de no ser una serie basada en el shock (gracias a Anubis), sus giros e intrigas me han dejado anonadada en numerosas ocasiones; sin duda, el final, pese a haber huido del cliffhanger fácil (lo cual, sinceramente, aplaudo), ha encerrado varios de esos momentos. 
Black Sails ha sido una sorpresa de principio a fin. Desde el momento en que, cuando todavía no le había cogido el sabor, me agarró de repente el corazón y lo reclamó para sí; pasando por las grandes revelaciones de la temporada 2, las muertes dolorosas y llenas de gloria de la 3, y las conversaciones siempre excelentes entre los personajes en la 4: Flint, Silver, Vane, Hands, Max, Rogers, Bonny, Teach... todos me han dejado sin aliento alguna vez; todos me han sorprendido enamorándome hasta la médula de ellos.



     3. Miedo

¡Lo he pasado tan mal! He sufrido tanto por amor a mis personajes, he temido tantísimo que los mataran, o que los mataran mal
He amado a los piratas, ¡pero también he sentido miedo de ellos! Miedo de esos momentos en que realmente eran bestias que se dejaban llevar por un instinto de supervivencia capaz de arrasar con cualquiera a su paso. De esa escena de Flint en el primer episodio, del despertar verdadero de Silver en la tercera temporada.



     4. Lágrimas

He perdido la cuenta de las horas que me he pasado llorando por culpa de esta serie. Me he sentido vinculada tan estrechamente a todos sus personajes, que destrozarme el corazón ha sido excesivamente fácil; y lo han hecho una y otra vez a lo largo de los cuatro años que ha estado en mi vida. Sí, las muertes han sido letales, pero a veces un simple diálogo o algunas notas de la excelente banda sonora de Bear McCreary han bastado. Los guiones son tan sólidos y los actores tan buenos, que ese talento reunido y cargado de pasión es suficiente para conmoverme. 
También he reído y he llorado con sus cuentas de Twitter e Instagram, donde gente como Toby Schmitz, Zach McGowan o Long Luke Arnold se han dedicado a compartir chascarrillos, momentos, ideas sobre lo que estaba por venir e incluso fotografías preciosas tomadas durante el rodaje.
Pocas veces he visto un elenco tan volcado con lo que está haciendo, tan implicado (¡incluso temporadas después de su marcha de la serie!) y dispuesto a manifestar que aman su show.



    5. Contradicción

Black Sails nunca ha provocado emociones simples. Nunca ha sido triste o alegre. Lo ha traído todo junto: tragedia, conquista, gloria, parodia. Ha habido decenas de escenas en las que no he sabido si llorar por la fascinación que me provocaba lo que estaba ocurriendo, o lo mucho que dolía, o la cantidad de lecturas que se podían sacar de ellas. 
He odiado con toda mi alma a los mismos personajes que me han vuelto loca: Eleanor, Vane al comienzo, ¡Woodes Rogers, que es absolutamente sensacional! Hasta a Flint he odiado, y a un Billy Bones al que nunca he dejado de comprender. No hay sentimientos puros en Black Sails: todos son confusos, complejos, cambiantes. Como la vida.

    6. Libertad

Lo he comentado tantas veces, que he perdido la cuenta. Black Sails se ha pintado siempre como una serie de piratas, de verdaderos piratas; nada de versiones románticas y azucaradas que empañen cuestiones tan interesantes como su política y organización o el hecho de que sí: mataban, a veces a sangre fría, a veces por las razones equivocadas.
Sin embargo, para mí no ha habido en la historia versión más romántica del pirata como lo han sido Flint, Vane o Silver; personajes volcados con su causa, cada uno por sus propias razones: Flint y Silver, profundamente complejos, llenos de capas y capas de moralidad, causalidad y motivación; Vane, deliciosamente simple, inolvidable, puro.
Ahora somos libres, Jack. Ahora es cuando realmente somos piratas.



    7. Amor

Al final, todo se resume en lo mismo: los sacrificios, las batallas y las decisiones que tomamos por aquello(s) que nos importa(n). Black Sails me ha inspirado un amor infinito por sus paisajes de ensueño, su multitud de acentos, su inclusión de minorías de una forma tan natural, sus relaciones complejas e imperfectas, su honestidad sin precedentes.
El amor ha movido a muchos de mis personajes, no siempre en la dirección más acertada, pero con todas sus consecuencias. El amor de Jack por Anne, o de Max por Eleanor, o de Flint y Silver el uno por el otro, en esa amistad tan intensa e interesante que nos han sabido contar. Lazos que lo ponen todo en peligro y le dan a todo estabilidad. Lazos realistas y reales, que han traspasado la pantalla.

    8. Palabras

Me llevo de Black Sails algunos de los mejores diálogos de la historia de la televisión. Palabras cargadas de significado, de significados. Palabras en su pleno sentido. Palabras que me han dado vueltas en la cabeza durante semanas, que seguirán ahí por muchos años. Conversaciones inolvidables entre personajes inolvidables. Ninguna de más. Ninguna de menos. Poesía.



    9. Agradecimiento

No me sale otra cosa que no sea: Gracias. Gracias a Toby Stephens, a Luke Arnold, a Hannah New, a Toby Schmitz, a Clara Paget, a Zach McGowan, a Winston Chong, a Luke Roberts, a Zethu Dlomo, a Ray Stevenson, a Jessica Parker Kennedy, a Tom Hopper. A Bear McCreary. A Robert Levine y Jonathan E. Steinberg
Por una delicia de personajes desarrollados de forma magistral, por los mejores diálogos, por las tramas delicadas y complejas, por la sensibilidad y cariño hacia la obra de R.L. Stevenson, por la implicación y por el trato maravilloso a los fans. Por, incluso aunque duela, saber cuándo cortar y cambiar de rumbo la nave.

    10. Esperanza

Porque ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos. Porque cada uno pelea por sus propios motivos y tira la toalla cuando lo cree imprescindible. 
Porque los cabos sueltos están ahí y la Isla del Tesoro todavía no se ve clara en el horizonte. Porque no creo que sea la última vez que nos encontremos.



Ya no soy yo sin ti, Black Sails. Ya no soy yo sin tu Walrus, tu Anne Bonny, tu Charles Vane. Sin tus puestas de sol en alta mar y tus amaneceres en Nassau. Sin tu Eleanor Guthrie, tu Madi; sin tu John Silver, el de la memoria jodidamente larga. Sin tu Miranda y tu Thomas, sin tu Israel Hands. Sin tu enorme e inimitable capitán Flint.


Estoy viva, Black Sails, te lo prometo. Y quizá me cuelguen a mí, pero no pueden colgarnos a todos.

5 comentarios:

  1. Yo solo vi los dos primeros capítulos y todavía estoy en esa etapa en que no le agarré el gusto del todo, pero igual tiene cosas que me encantan. El elenco y los paisajes que muestran son impresionantes; tengo muchísimas ganas de seguirla aunque me falta tiempo >.<

    ¡Ojalá puedas encontrar otra serie que te haga sentir lo mismo! Es muy difícil cuando hay que decirle adiós a historias que te marcan tanto...

    ¡Saludos!

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  2. Uffff, yo la tengo a medias (T.2 E.6)
    Me gusta muchísimo, pero es cierto que sus cliffhangers no son de los mejores que he visto y por eso no me engancha tanto como otras. Con decirte que creo que la empecé tras su estreno en EEUU...
    Pero la verdad es que ha sido una serie poco reconocida, y eso que el vestuario, maquillaje... (caracterización en general) es de lo mejor que he visto!

    Eso sí, lo que algunos llaman sorpresas de guión yo lo veo como un argumento muy débil, con poco rumbo. Creo que cuando comenzaron la serie no sabían hasta dónde iban a llegar y han ido improvisando sobre la marcha. A veces el guión parece demasiado gratuito.

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  3. No puedo estar más en desacuerdo contigo, Iraida. Me parece que tiene un guión muy sólido, de los mejores de la televisión. Cierto que los primeros capítulos iba un poco perdida, pero la segunda y tercera temporadas son una joya. La cuarta, para mí, algo más floja, pero buena igual.
    Y lo de gratuito es que pienso que para nada, que precisamente es de las series que sólo meten violencia y sexo cuando aporta.
    En fin, opiniones diferentes.
    Gracias por pasarte.

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  4. (Después de leer la entrada de #adoptaunaautora he seguido curioseando por el blog y ohmydeer. Me he visto Black Sails en los dos últimos meses y jamás me había enamorado tanto tantísimo de una serie, de sus personajes, diálogos, historias, de los piratas *-* Leerte ha sido como fangirlear en compañía. Solo eso).

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  5. Ay, Nuw, no sabes la ilusión que me hace encontrarme con alguien que siente lo mismo que yo por Black Sails. Es que me faltan las palabras para expresar hasta qué punto ha conectado conmigo. ¡Estoy feliz de tenerte por aquí!

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