sábado, 21 de mayo de 2011

Gracias, SLQH


Hay varias cosas de las que podría hablar hoy, dado que estamos en tiempos que se prestan a ello y mi día de ayer fue bastante completo. Podría hablar de los nervios y la ansiedad que provoca toda cuenta atrás, especialmente cuando la meta es la boca del lobo. Podría hablar de las sensaciones extrañas que uno nota cuando entra en un recinto donde, durante dos años, fue y vino como si fuera su casa, y sin embargo muchos de los profesionales que trabajan en él ya no se acuerdan de dicha persona. Podría hablar de Piratas del Caribe 4 y de mi pasión por Jack Sparrow y Hector Barbossa; o de la que siento por Johnny Depp y Geoffrey Rush. Podría hablar de política, o más bien de ciudadanía, de presente y de futuro, de revolución, de cambio, de democracia. Sin embargo creo que reservo todas esas conversaciones para el ámbito oral o la microescritura en favor de algo que para mí también es importante porque ha ocupado cinco años de mi vida.
No se me ocurre mucho que decir. Me ponen muy triste las despedidas y siempre acabo llorando a mares, pero también conozco la importancia de poner el punto y final cuando algo no da más de sí o cuando el sendero se termina y hay que pasarse a la carretera de hormigón. La primera vez que vi Sé lo que hicisteis... fue un sábado, en una repetición del programa del miércoles por la noche, cuando apenas estaban empezando. Recuerdo que hacía zapping y mi padre me dijo: "El programa de esa chica es muy bueno". Aunque lo vi alguna vez más en las repeticiones, lo cierto es que no me enganché hasta que empezaron a emitirlo a diario, y a partir de entonces reinó en casi todas mis sobremesas. Me dolía perdérmelo los días que tenía clase por la tarde y no venía a comer a casa o bien llegaba y me iba a todo correr. Me acompañaba cuando tenía trabajo y estaba agobiada. A veces sencillamente me tiraba en el sofá hasta que terminaba. Últimamente lo veía poco. Tengo un año complicado y las distracciones no me hacen ningún favor. Sin embargo, este lunes lo vi, sin poder imaginar que, una hora más tarde, anunciarían que LaSexta había decidido prescindir de su buque insignia, y me reí como me río siempre que lo veo. Me queda sólo dar las gracias. Gracias por haber animado hasta el peor de mis días. Por haber sido creativos, sarcásticos, entrañables, profesionales. Por haber creado escuela y por haberles dado a algunos caña de la buena. Por haber sabido llevar con humor las malas reacciones de aquellos que no son lo suficientemente valientes como para reírse de sí mismos. Y, sobre todo, por haber sido una grandísima compañía. Las cosas buenas no se olvidan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Al comentar en este blog, manifiestas conocer y estar de acuerdo con la Política de Privacidad del mismo.