jueves, 6 de octubre de 2011

Conciertos y CONCIERTOS


Siempre pongo el mismo ejemplo, pero creo que es el caso más chocante de los que he vivido hasta ahora. El verano pasado fui a un concierto de Muse en Santiago de Compostela, concierto en el que dieron un buen repaso a su repertorio y sonaron espectaculares. ¿Me he quedado con ganas de volver a verlos? Sí porque su directo es inmejorable y en aquel momento, lesionada como estaba, no lo disfruté plenamente. Sin embargo, hay una espinita que se me ha quedado ahí clavada desde entonces y que tendré en cuenta antes de volver a pagar por verlos: fueron unos secos o, según se mire, maleducados. Fue un concierto musicalmente perfecto, pero ni siquiera saludaron ni se despidieron, no hablaron con la gente, no se acercaron... fue una sucesión de canciones que duró justo el tiempo que tenían, ni un minuto más, y adiós. Y sinceramente, la música es lo más importante, pero yo voy a un concierto para pasármelo bien y existe una gran diferencia entre un grupo que te tiene en cuenta y otro que ni te mira. 
También puedo poner el ejemplo de HIM, mi segundo grupo favorito. El concierto de ellos al que fui me pareció maravilloso, tocaron canciones de todos los discos y fueron simpáticos con la gente, sonriendo y dando las gracias, pero no nos implicaban en las canciones y no se molestaron en decir una palabra en español; total para qué, si el inglés es universal. 
Con todo esto quiero decir que para mí tiene un valor ENORME el hecho de que un artista piense en su público y no se crea por encima de él, sino al mismo nivel. Que te animen a continuar frases de canciones, a saltar, a aplaudir en ciertos momentos, que se tomen la molestia de aprenderse cuatro palabras en tu lengua para acercarse más a ti, eso vale muchísimo y diferencia a los grandes artistas de otros que, por muy buenos que sean, no están a la altura. 
No sé si ser japonés tiene algo que ver, porque L'Arc~en~Ciel hablaron muchísimo en "francés" cuando estuvieron en París, D'espairsRay nos gritaron "¡Olé!" y "Gracias" con toda su alegría y las Kokusyoku Sumire nos enumeraron sus platos gallegos favoritos cuando se pasaron por Vigo, pero lo cierto es que Versailles han pasado de encantarme a tenerme completamente a sus pies. Ha sido uno de los mejores conciertos a los que he ido, uno de los que he disfrutado más y sin duda en el que más me he agotado, de tanto gritar, saltar, verme arrastrada hacia delante cada vez que uno de ellos se acercaba y dejaba tocar... Ha sido espectacular.
No hace falta que diga que son unos grandes músicos porque a estas alturas eso está más que claro, ya son un grupo consolidado y con varios discos sobre la mesa. Han demostrado que saben hacer las cosas bien y eso queda siempre más que claro. La acústica de la sala no era lo que se dice fantástica y supieron cómo sacarle partido pese a todo y, aunque por momentos la voz sonaba un poco baja con respecto al acompañamiento, del resto todo fue sobre ruedas. La selección de canciones me pareció bastante adecuada, con temas tanto del último álbum como de los anteriores, con una preciosa y solitaria Love will be born again, Destiny, ¡Libido!, Ascendead master y con el broche final insuperable que supone tocar The revenant choir
Diré la verdad: esta última es la única canción de Versailles que me sé entera. De las demás, trozos y estribillos. Y algo muy mágico tienen que tener para que me pasara el concierto cantando incluso partes que no me sabía. Como ya he dicho, son unos animales de escenario que se entregan a su público, desde el primer momento en que gritan: "We are...!" y debemos continuar la frase, hasta que suenan las últimas notas de la última canción y todos nos dicen: "¡Gracias, Madrid!" híper felices. 
El sistema de entrada fue diferente de la habitual cola. Lo que se hizo fue entregar numeritos a cada uno a la hora que llegara, desde la mañana, y después había que presentarse una hora antes para formar la fila de acuerdo con esos puestos. Mi hermana dice que le tengo que estar agradecida por haber perdido el autobús. El plan era que llegara a las 11 y fuéramos a por el número, pero al final hasta las 12.30 no estuvo en Madrid. Lo bueno es que mientras esperaba pude quedar con Slimdoe, que me ha parecido encantadora en persona, y al llegar a la sala a por nuestros números cerca de la 1 de la tarde, coincidió que, cosas de la vida, justo llegaron los miembros de Versailles para probar el equipo, ensayar y esas cosas.  Fue un momento de shock, porque nosotras estábamos tan tranquilas hablando con un chico del staff y de repente dice: "Ya vienen ahí", me giro y veo a Masashi avanzando hacia nosotros. Y fue como muy estúpido todo, nos quedamos allí como pasmarotes saludándoles con la mano y diciéndoles: "Hola". Nos saludaron todos, Hizaki en español, y venían estupendísimos vestidos de calle y con sus gafas de sol. El que menos captó mi atención fue Yuki, porque entró al lado de Teru y en aquel momento estaba yo admirando su pelo plateado lisito sobre la espalda. Fue como ver esas fotos paparazzi que hay de este tipo de artistas por la calle, tan normalitos y majos. 

Después nos fuimos al hostal, nos cambiamos y nos tiramos un rato (no había dormido esa noche, salí de Ou a las 2.20 de la madrugada y las 7 horas y pico de bus hasta Méndez Álvaro fueron infernales). Comimos por el centro y dimos una vueltecilla, pero en realidad tampoco dio tiempo de mucho porque nos habían dicho que a las 19.15 debíamos estar en la sala. Me hizo ilusión ver por allí también a Samarah, a Devian y a Pinkku, majísimas todas ellas. También estuve en la cola de charla con una chica de León que les llevaba de regalo unas carpetas pintadas a mano preciosas (les hicieron mucha ilusión cuando se las dio). La verdad es que con la gente muy bien, aunque en las colas de los conciertos siempre se escuchan barbaridades... pero a veces es mejor hacerse la sueca. 
En cualquier caso, nosotras tuvimos una suerte infinita porque, teniendo los números 92 y 93, acabamos en tercera-cuarta fila. Resulta que no se podía entrar con mochilas ni bolsos grandes, así que mucha gente tuvo que quedarse a hacer cola en el guardarropa, y los que pasamos aprovechamos para coger sitio. Mencionar que era una tercera fila que parecía una segunda, ya que no había espacio entre el público y el escenario y además estábamos como sardinas en lata (culpa de los señoritos que cada dos por tres se acercaban para que los tocáramos). Para mí, el mejor sitio posible, justo en el centro, enfrente de Kamijo, al que sigo desde Lareine y considero una de mis mayores inspiraciones, y por tanto con buenas vistas también de todos los demás. Ya he dicho que fue alucinante y que me lo pasé genial, así que sólo añadiré que me dolían muchísimo los pies y encima me llevé quinientos pisotones, y además una chica me dio un puñetazo intentando coger una púa de Teru. Pero me lo estaba pasando tan bien, que ni siquiera noté el dolor. Es más, conseguí una botella lanzada por Hizaki, yo que jamás he cogido nada (la púa del bajista de Skizoo no cuenta, me la dio Diana). Botella que ponía "Teru" con rotulador, así que es como si tuviera algo de los dos. 
No sé decir cuál de ellos, aparte del evidente, que es la perfección hecha persona, me ha enamorado más.
Hizaki me parece la cosa más tierna, coqueta y preciosa del mundo. Se adelantaba todo el tiempo y se sentaba en el borde del escenario cuando tenía solos para estar cerca de la gente. En el meet&greet posterior, me dijo "Gracias" en un español estupendo y me puso la mano en la cabeza (se lo hacía a todo el mundo, pero es que daban ganas de merendárselo). 
Yuki es uno de los seres más adorables que he visto y, aunque la mayor parte del tiempo quedaba oculto tras su batería, me harté de gritarle cada vez que salían y entraban porque es amor absoluto. En el meet&greet le dije: "Kakkoi" y me contestó: "Sankyu", y luego le dije: "I love you" y me respondió: "I love you too". Fue todo muy romántico.
Kamijo... de Kamijo no voy a decir nada más porque no hay palabras. Se pasó el concierto sonriendo de oreja a oreja y dándonos las gracias, nos daba indicaciones cual director de orquesta y nos riñó por pronunciar su nombre mal (la sílaba acentuada no es "mi", sino "jo", y nos hizo repetirlo bien varias veces). Me puse tan nerviosa cuando me tocó hablar con él que no sabía ya ni qué decía ni si me iba a entender (digamos que su inglés es escaso), y encima me coge la mano por su cuenta y se queda mirando fijamente... Fue muy matador en general. Le dije que adoraba Lareine, que soy fan suya desde entonces y que hace mucho que quería verlo en concierto... de hecho estaba tan nerviosa que apoyé los codos en la mesa y suspiré como diciéndole: "Colabora, tío"... y me respondió solamente: "Oh, thank you", sin dejar de mirar. Luego me dijo: "See you next time" y no me soltó ni dejó de mirarme hasta que, segundos más tarde, fui capaz de contestarle: "Sure".
Con Masashi tengo remordimientos, porque iba tan perjudicada de Kamijo que le di la mano y nos miramos en silencio. No me salían las palabras, la verdad. Quería decirle que el bajo es mi instrumento favorito y que hace mucho que quiero tocarlo, que me encantan sus solos, que estuvo genial en el concierto..., pero sólo me salió un "Otsukaresama deshita" acelerado y ya tuve que pasar a Teru. 
Teru, qué cosa tan adorable de persona, qué sonrisa permanente, qué ternura de hombre. De verdad, lo miraba en el concierto y es que me salía la sonrisa sola. Amor total. Le enseñé la botella y le dije que, aunque tenía su nombre escrito, había bebido de ella y la había lanzado Hizaki... pero sospecho que no se enteró de nada. Miró a Hizaki de reojo porque me escuchó decir su nombre y me contestó: "Ah, yes, yes". 
Podría decir muchísimas más cosas, pero esto empieza a parecerse demasiado al livejournal donde conté hasta el último detalle de los conciertos de D'espairsRay, HIM, L'Arc~en~Ciel... Quienes me seguían por allí en aquella época saben a qué me refiero. Pero la verdad es que, con lo que disfruté, no puedo contenerme y necesito hacer constar lo geniales que son y las ganas que tengo de volver a verlos. Lo que le dije a Mai/Rakiu (ya no sé a quién, estaba tan histérica contándoles todo que no sé a quién le dije qué): "Cuando le dices que sí a un hombre que te mira así, quedas sujeta para siempre a su voluntad". De verdad, es malvado y perfecto a partes iguales.Y un japonés del staff me dijo cuando me iba: "See you next year again in Madrid", así que espero de corazón que vuelvan, porque se quedaron muy contentos. Kamijo nos dijo en el concierto que nuestras sonrisas eran maravillosas y que se sentía feliz. En Twitter todos pusieron también que el concierto ha sido genial, así que... ya saben lo que se pierden si no regresan. 

Yo, desde luego, no pienso faltar.

1 comentario:

  1. a verdad é que se agradece cando interactúan tanto co público porque ó final eso marca a diferencia entre ir a velos a un concierto e velos en DVD xD

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