La semana pasada hablaba de mi adolescencia, aquella fantástica etapa en la que descubrí a la mayor parte de los grupos que ahora me apasionan. En realidad, a día de hoy la dividiría en dos fases: la primera más oscura, centrada en los géneros con los que me sentía más identificada y en la música que me decía algo; la segunda de apertura, ya que me hizo echar abajo las barreras de los estilos y empezar a disfrutar cosas que en un principio no habría creído que me fueran a gustar.
Estoy hablando de la Johnny's Entertaiment y sus grupos de jovencísimos idols, que hasta entonces me producían arcadas, pero acabaron captándome. En realidad no soy una fan del grueso de la compañía y probablemente nunca les habría dado una oportunidad a los chicos de KAT-TUN de no haber sido por Nobuta wo produce y aquella escena de Kamenashi Kazuya hablando con un pez... sobre todo porque los despreciaba con toda mi alma a raíz de una ruin versión que una vez hicieron de L'Arc~en~Ciel.
En fin, el caso es que llegó Nobuta, llegó Kame, y llegó KAT-TUN. Le seguirían el otro par de grupos que me gustan de la Johnny's, pero ninguno superaría al primero. Esta misma tarde me he puesto a escuchar temas de su primer disco y me han traído recuerdos de mis diecisiete años y del estrés pre-Selectividad. Recuerdo estar encerrada estudiando mientras el disco sonaba una y otra vez, y ésa es la causa de que les tenga tantísimo cariño a sus primeras canciones. Me hicieron aquel mes tan agobiante muchísimo más llevadero.
Probablemente ésta será siempre mi canción favorita de KAT-TUN. Tienen muchas que me gustan y me hacen bailar, pero siempre acabo regresando a Real Face.
Que la disfrutéis.
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