domingo, 9 de diciembre de 2018

[Domingo de Poesía] Mujeres

Hay libros que te reclaman. Que te dicen que debes leerlos. Que te obligan a que te los lleves.
Paseaba hace un mes por Fnac A Coruña, buscando algo para regalar, cuando decidí dejarme caer por la zona de poesía y entró en mi campo de visión la antología Otromundo, de Juan Gelman, editada por el Fondo de Cultura Económica (mi hermana se cachondea de mí porque dice que no conoce a nadie que tenga tantos libros de esta editorial). No conocía de nada al autor y ni siquiera necesité abrir el volumen para que algo en mí gritara que no lo podía dejar allí.


JUAN GELMAN

Fotografía de José Ramón Vega, extraída de https://tamtampress.es.
Hijo de una pareja judía procedente de Ucrania, Juan Gelman nació en 1930 en Buenos Aires. Aficionado desde siempre al fútbol y a la lectura, comenzó a escribir poemas a la tierna edad de ocho años y publicó sus primeros versos con tan sólo once.
Mostró inquietudes políticas desde muy joven y formó parte de la Federación Juvenil Comunista, así como de grupos literarios apoyados en la misma ideología.
Fue encarcelado por pertenecer al Partido Comunista, aunque posteriormente se desvincularía de él y se mostraría más partidario de otras tendencias.
A finales de los 60, se unió a los Montoneros, movimiento armado en contra de la dictadura. El golpe de estado del 76 lo encontró en Italia, llevando a cabo una misión, por lo que permanecería un tiempo exiliado y realizando publicaciones en diarios de distintos países y traducciones para la UNESCO. Su labor fue clave para que el resto del mundo entendiera lo que estaba sucediendo en Argentina.
Se mantuvo fuera de su país hasta que prescribieron las órdenes de captura que mantenía hacia él el nuevo régimen, y finalmente fue indultado en 1989, cuando ya residía en México. 
Esta vida convulsa, así como los secuestros y asesinatos de su hijo y su nuera, marcarían completamente una poesía muy enraizada en la realidad social y política en la que se gestó. Pese a todo, hablamos de versos intimistas y casi metafísicos que exploran la naturaleza humana y las miserias de la guerra.
De las letras de Juan Gelman dijo Cortázar que acaso lo más admirable en su poesía es su casi impensable ternura allí donde más se justificaría el paroxismo del rechazo y la denuncia, su invocación de tantas sombras desde una voz que sosiega y arrulla, una permanente caricia de palabras sobre tumbas ignotas.
Algunas de sus obras más destacables son: Gotán (1962), Los poemas de Sidney West (1969), Hacia el Sur (1982), País que fue será (2004) y Bajo la lluvia ajena (2009).
Ha recibido premios tales como el Premio Nacional de Poesía de Argentina en 1997, el Premio Pablo Neruda en 2004 y el Premio Cervantes en 2007.
Falleció en la Ciudad de México en 2014.


MUJERES

decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas 12397 
mujeres en su mujer era difícil saber con quién trataba uno en ese pueblo de mujeres  ejemplo: 

yacíamos en un lecho de amor 
ella era un alba de algas fosforescentes  
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que aullaban

recuerdo cuando se apareció envuelta en rosas de agadir
parecía una constelación en la tierra 
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra 
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha 

como el sol que se ponía en su voz 
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno 
y cuando se dio vuelta 
su nuca era el plan económico 
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la                                                                        dictadura militar 
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer  
yo estaba ligeramente desconcertado 
una noche le golpié el hombro para ver con quién era y vi en sus
                                                                         ojos desiertos un camello 

a veces
esa mujer era la banda municipal de mi pueblo  
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar
y los demás desafinaban con él 
esa mujer tenía la memoria desafinada 

usté podía amarla hasta el delirio 
hacerle crecer días del sexo tembloroso 
hacerla volar como pajarito de sábana 
al día siguiente se despertaba hablando de malevich 

la memoria le andaba como un reloj con rabia 
a las tres de la tarde se acordaba del mulo que le pateó la infancia una noche del ser 
                                                                                                                   ellaba mucho esa mujer y 
la devoraron todos los fantasmas que pudo alimentar con sus miles de mujeres 
y era una banda municipal desafinada 
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo 

yo  compañeros  una noche como ésta que nos empapan los rostros que a lo mejor morimos 
monté en el camellito que esperaba en sus ojos y me fui de las costas tibias de esa mujer 

callado como un niño bajo los gordos buitres que me comen de todo   menos el pensamiento de cuando ella se unía como un ramo de dulzura y lo tiraba en la tarde



Tengo confianza plena en aquellas cosas que me reclaman. Descubrir a Juan Gelman ha sido un auténtico regalo y ya no puedo desvincularme de su verdad, de su intensidad, de ese sufrimiento que es como un abrigo.

¡Tened un buen domingo!

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