lunes, 4 de marzo de 2019

Favoritos de enero y febrero


¡Que se nos va el año como un suspiro! ¿Cómo que ya estamos en marzo? What is going on? 

La vida pasa tan deprisa que sólo cabe disfrutarla, y enero y febrero han sido dos meses cargados de experiencias y descubrimientos; de encuentros y abrazos y flechazos. ¡Ojalá vengan más así!

Ha habido muchas cosas favoritas, de las que os reseño varias:


Cine


-Mary Shelley (2017). Fue mi primera película de 2019 y, aunque creo que podría haberse exprimido un poco más, me gustó bastante como retrato de la autora de Frankenstein. Mary se nos presenta en un continuo y sutil paralelismo con su personaje (la Criatura) y Elle Fanning hace un gran trabajo a la hora de transmitirnos la fuerza y valentía de una joven que tuvo que pasar por demasiadas tragedias. Habría agradecido que Percy Shelley no estuviera tan caricaturizado, pero no deja de tratarse de una respuesta a otras obras en las que es Mary la que permanece en la sombra.

-Green Book (2018). Si bien el Oscar a Mejor Película me parece excesivo, Green Book es una de esas cintas que se disfrutan muchísimo. Se trata de una road movie que lleva a dos personajes muy diferentes a tener que congeniar. No es original ni aporta nada nuevo, pero consigue emocionar profundamente y hacer reír con ganas; tiene grandísimas interpretaciones (en mi corazón nadie te supera nunca, Viggo) y el potente mensaje de escucharnos y tratar de entendernos en nuestras diferencias, cosa que hoy en día parece imposible.

-Viaje al cuarto de una madre (2018). La sensación que tuve al ver en el CGAI esta cinta costumbrista fue la de estar ante un filme japonés como Nuestra hermana pequeña (2015) o Una familia de Tokio (2013). Es una de esas cintas pausadas, extremadamente sencillas en su forma porque lo que pretenden es transmitir realidad. Habla de la relación entre una madre y una hija que afrontan la vida tras la pérdida; y consigue que sintamos en todo momento que conocemos muy bien a esos personajes. Las interpretaciones son brillantes, en especial la de Lola Dueñas.

-Suspiria (1977). Todavía no sé qué hacer con mi vida desde que he visto esta película. ME FASCINÓ. Era una de esas eternas pendientes que llevaba en mi lista desde hace más años de los que tengo, y me tiene obsesionada desde enero. Más allá de su argumento y personajes (flojetes, pero es que dan igual), la atmósfera que plantea esta película es de una riqueza y tensión increíbles. El tratamiento del color, de la luz, de los escenarios, de las formas de la casa y sus estancias... todo es de estudio y para recordar. Mi hermana hablaba de Twin Peaks mientras la veíamos porque la influencia que Suspiria ha tenido en Lynch es evidente. Me flipa, no puedo decir más. Me obsesiona. Y ya tardo en ver el remake, que por una vez parece que es bueno.

-La última virgen (2017). Un corto que me tocó bastante porque transmite a la perfección lo que es ser adolescente (¿humano?) en sociedad. El eterno tira y afloja entre ser como realmente somos y encajar.


Series


-Mareas Vivas (1998), Temporadas 1, 2 y 3. Sí, estáis leyendo bien. Quería algo ligerito y de enganche fácil (mira que me cuesta engancharme a series), y por alguna razón acabé regresando a una de las series de mi infancia. Crecí con Mareas Vivas y la recordaba con cariño. También sabía que de ella habían salido nombres tan grandes como Luis Tosar, Luis Zahera o Ana Santos; pero no recordaba la cantidad ingente de actores famosos que tuvieron ahí sus inicios, ni la maravilla de producción con la que contaron para llevar a nuestras pantallas una serie que no sólo refleja fielmente el aspecto típico de un pueblo de la Costa da Morte, sino que además traduce bien la idiosincrasia rural y pescadora gallegas. Quitando eso, la serie entretiene y ya está; el 90% de los episodios son mera comedia ligera, con unos cuantos que de pronto irrumpen intentando colar un melodrama sin pies ni cabeza que ni los personajes parecen creerse. Los propios personajes se comportan como críos de cinco años la mayor parte del tiempo y se desarrollan (o no) sin mucho sentido. Da igual, sigues viéndola y gozándola. 
Hay varios personajes que me gustan mucho (el Petróleo de Luis Zahera siempre tendrá un hueco en mi corazón), pero en particular en este revisionado me tiene fascinada Fito (Santiago Romay): un niño de diez u once años que está de vuelta de la vida y se comporta como un túzaro de cincuenta, anhela una vida de percebeiro furtivo y pasa tiempo en el bar; sencillamente, maravilloso.
Me lo estoy pasando muy bien con Mareas Vivas y me gozo mucho las actuaciones de Carlos Blanco, Miguel de Lira y Víctor Mosqueira. Young Martiño Rivas me caía hasta bien.
Comprenderéis que tenga ganas de dejarme caer por Laxe.


Libros


-É tempo de Entroido!, de Ramón D. Veiga y David Sierra. Es bien sabido que me fascina el Entroido, con sus personajes típicos y el humor que se respira. Encontrar esta joya en la biblioteca de mi colegio fue una de esas cosas que te llenan de ilusión. Me lo compré enseguida porque las ilustraciones son bellísimas y definen muy bien cada uno de los disfraces de los principales pueblos del Entroido.

-Letters from Father Christmas, de J.R.R. Tolkien. Otro eterno pendiente que cayó entre diciembre y enero, y me tuvo absolutamente embobada a cada página. La forma en que Tolkien agasajó a sus hijos con las cartas e historias acaecidas a Papá Noel y sus ayudantes es para recordar con un cariño infinito. También cómo buscaba maneras creativas y a veces realistas de explicarles por qué no siempre podían recibir lo que deseaban. 
También es bonito presenciar, a través de las cartas, cómo sus hijos iban creciendo y algunos ya no creían, mientras que otros empezaban a escribir a Papá Noel asiduamente. Es uno de esos libros que nos hacen ser niños a todos. 


Viajes


Estos meses he pisado: Allariz, O Carballiño, Mugardos, Oleiros, Cabanas, Pontedeume, O Burgo, Neda, Carballo, Malpica, Agolada y algunos otros más habituales. Enamoramiento absoluto de Neda, con sus múltiples parroquias y esa cosa especial en cada rincón del casco viejo. Fascinación por un Malpica de otro tiempo y un Mugardos semiabandonado. 
También he vuelto a Santiago de Compostela, donde hacía tiempo que no paseaba, y pude ver por primera vez en años la fachada de la catedral totalmente despejada. 
Mi viaje favorito, en cualquier caso, ha sido ese día especial en Pontevedra, encontrándome con personas a las que llevaba tiempo sin ver y compartiendo las ganas de descubrir el mundo. Fuimos a ver la exposición de Ana Juan y comimos muy bien, además de acercarnos a un Combarro que me dejó sin palabras


YouTube

Inauguro subsección para recomendaros canales que me gustan y vídeos interesantes.
Estos meses he estado especialmente enganchada a Superholly, una chica estadounidense que habla español como si hubiese nacido en México; empecé viendo sus vídeos enseñando inglés, pero al final me he enamorado de su personalidad y cómo una infancia peculiar la ha convertido en una persona muy abierta y tolerante:


También me he gozado mucho los vídeos de Alvinsch (de quien soy mecenas) con Jaime Altozano, una muestra de lo que se puede conseguir con mucho conocimiento y no menos creatividad:


Y me he reenganchado, después de un tiempo, a A Plane Ticket, el canal de una venezolana que vive en Barcelona y habla de emigración, choques culturales, desapego, dejar tu país a la fuerza... 



Música

Ha sido un mes muy guay de grandes descubrimientos y regresos deseados, así que al lío:

-¿De qué me culpas?, de Fangoria. Puede que musicalmente no resulte muy original, pero me encanta y no la puedo dejar de escuchar. La letra es sencilla, pero de lo más interesante.


-Tagasi me, de Elina Born. La sigo desde que participara en Eurovisión, y me encanta su voz rota. Me ha sorprendido mucho sacando un tema en estonio y la canción me parece deliciosa.


-Zipang, de Hyde y Yoshiki. Estos dos ya no se separan, y yo feliz de que saquen estas obras de arte. Su título hace referencia a Japón, y todo en este trabajo habla de las señas más íntimas de la identidad del país del sol naciente. Es un homenaje precioso a diversos aspectos de su cultura.


-Almost (sweet music), de Hozier. Hablaré más en detalle del disco, que es una barbaridad, pero por lo pronto me he ido gozando a tope cada canción que Hozier nos iba adelantando en estos meses previos. Almost me enamora por completo.


-Voicemail for Jill, de Amanda Palmer. Más allá de ideas y opiniones al respecto, Amanda desnuda sus sentimientos en torno al aborto y nos hace ver cómo en medio de toda la discusión siempre hay una mujer que enfrenta una situación dramática. Me emociona muchísimo.


-Déixaas, de Mercedes Peón. Gracias a Mareas Vivas, me puse a investigar a esta conocidísima cantante gallega y me encontré con una barbaridad de discografía que había despreciado por experimental y que contiene joyas tan brutas como ésta: un tema que incluye folk, sonidos industriales, voces para tirarse de los pelos y una reinterpretación más que original de los instrumentos típicos de Galicia.



Como veis, mis enero y febrero se han pasado volando; pero los he exprimido bastante. Como siempre, sólo pido seguir en racha.

¡Feliz Entroido!

3 comentarios:

  1. ¡Suspiria! ¡Ohdiosmiodiosmiodiosmio Suspiria! La cosa con la que puedo ponerme más pesada después del cine de John Carpenter (cuando no estoy hablando de Lovecraft o gatos) es la trilogía de las tres madres de Argento. O bilogía, que la última entrega del 2007 es mala con avaricia.
    La original de Argento es fascinante a la vez que pobre. Un juego, aparentemente carente de sentido, de música, luces y una a veces descacharrante falta de medios suplida con mucho arte. No se le puede buscar lógica, solo se trata de disfrutarla, y en el caso de su remake, es una versión más que digna. En cierto modo, me pareció más coherente que la primera, y que poco tiene que ver con esta. En un sitio hablaban de ella como una "iteración" del guión y no un remake, palabro que me hace tanta gracia como los reboots de hace unos años. Eh, que los remakes eran una cosa muy de copia y muy de los noventa y dosmil. Ahora hacemos reboots e iteraciones que es más artístico.
    No soy especialmente carnavalera pero desde la distancia, es divertido ver como los carnavales en Ourense, que en las clases de lengua gallega nos lo describían como lo mejor del mundo y lo más conocido, es todo lo contrario en un sitio donde la gente ha oído hablar más de las chirigotas y los carnavales de Tenerife. Hace poco hablé en el trabajo de las pantallas, los peliqueiros, los farrapos y el domingo oleiro. La respuesta vino a ser "no entiendo por qué os queréis volver a Galicia".

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  2. Qué quieres que te diga, he ido al Entroido de Verín después de diez años y me siento BLESSED. O sea, qué maravilla. A mí no me dicen nada los Carnavales de Tenerife o Badajoz porque los veo calcos unos de otros; tienen sus cosas, pero en general no conecto nada con ellos. Los de Ourense son otro mundo, son pura pertenencia aquí.

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  3. Por cierto, temo que con Suspiria y Argento llegaré a estar en el mismo punto que tú, es que estoy deslumbrada por los colores y planos de Suspiria.

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