miércoles, 5 de mayo de 2021

Favoritos de marzo y abril

La vida está yendo por derroteros distintos de los habituales y me estoy dejando llevar. O, más bien, soy yo la que está propiciando que sucedan cosas distintas en este
año que ya es de por sí insólito, pero en el que aun así me aguardaba la habitual rutina casi inamovible.

Estaba esperando y me di cuenta de que era absurdo esperar. Momentismo absoluto, le han llamado. Estoy bien y ahora mismo es lo único que me preocupa e interesa para mí.


En fin, favoritos:


Películas


Yessssss, amigas. He vuelto a ver buen cine, se me ha pasado el mal sabor de boca del primer trimestre del año. Esta vez sí hay películas en la entrada (y no hay series: vuelta total a la normalidad):

-La novia (2015). Dirigida por Paula Ortiz, adapta a la gran pantalla Bodas de sangre de Federico García Lorca y lo hace con gran sensibilidad. Desde el primer segundo consigue transportarnos a ese contexto de la sangre y el duelo, a las figuras genéricas del libreto y a las pasiones que trascienden lo temporal. Inma Cuesta se come la pantalla en una interpretación donde no parece dejarse nada dentro. La fotografía, el vestuario y la música cierran con acierto el cóctel de belleza de esta cinta.

-Boi neon (2015). Una de esas películas que son casi un documental y en las que no pasa nada, pero pasa la vida. Boi neon hace un retrato de las vaquejadas brasileñas, de la gente que vive de ese mundo. Habla de personas por medio de la relación con los animales como medio de subsistencia. Me atrapó por su fotografía y las interpretaciones sencillas y naturales.

-Theater (2020). Antes de nada, dejadme decir: Kento Yamazaki. Ya está, ya lo he dicho. Ahora, procedo a contar que la película es a priori una historia de amor pero, una vez la finalizas y te entretienes en el poso que te ha dejado, el tema central parece ser la depresión. Nos pone en el centro de la imagen a una pareja que se autodestruye por medio de las mentiras, los miedos y la falta de confianza. Me resultó molesta de ver a ratos porque sólo quería que el personaje de Mayu Matsuoka huyera de esa situación, pero su aguante y la forma en que se consume también son retrato de una sociedad. 
Supongo que la moraleja es que nadie puede recomponer nuestros trozos rotos. Me gustó más reflexionarla que verla.

-Vértigo (1958). ¡Con Hitchcock hemos topado! Y qué poco he visto de este director para lo mucho que me he gozado ese poco. De Vértigo, como todo el mundo, había echado un ojo a escenas míticas; pero nunca la cinta entera. Es una película engañosa, que en un momento dado se saca la careta y nos hace quedar como unos tontos por habérnosla creído. También es un tremendísimo McGuffin al que no hay que buscar sentido.
Ahora, lo interesante: retrata la obsesión de una manera magistral, con infinidad de recursos sorprendentes, grandes interpretaciones y la empinada San Francisco como escenario perfecto. Para cuando te das cuenta de que a quien tienes delante es a Orfeo, ya estás tan atrapado en las redes del director que continúas caminando, aun habiendo vuelto la vista hacia Eurídice.

-Una vida nueva (2009). Es una cinta que viene a contar lo que tantas otras han narrado antes, y que sin embargo me ha parecido redonda en su sobriedad. Es el viaje mental y emocional de una niña, Jin Hee, para aceptar que ha sido abandonada por su padre en un orfanato. Retrata la negación, la soledad devastadora, el miedo, el enfado, la tristeza... todo ese trauma tan bestia que sufre un niño abandonado. Curiosamente, el poso que deja es luminoso y amable. La protagonista, Kim Sae Ron, hace un trabajo excelente y se come la pantalla.


Libros

Como siempre, he leído bastante de aquí y allá, pero me centraré en lo terminado:

-Breve atlas de los faros del fin del mundo, de José Luis González Macías. Descubrí este libro gracias a las publicaciones en redes de la Librería Primera Página de Urueña y, como amante de los faros y habitante del fin del mundo, tenía que hacerme con él. El título no engaña: se trata de un volumen mágico donde se recogen las historias de algunos de los faros ubicados en las localizaciones más improbables y con el bagaje más insólito. Me sorprendió descubrir que el autor es un chico joven porque el estilo nostálgico y el tono de narrador de cuentos me hacían pensar en una persona de bastante más edad. Es un libro precioso tanto por sus textos, como por sus ilustraciones y cómo consigue sintetizar y rendir homenaje al trabajo del farero.

-Bright, dusky, bright, de Eeva-Liisa Manner. Poesía existencial muy claramente finlandesa, apoyada en la naturaleza como fuente de comprensión y variando desde tonos líricos cargados de matices a otros poemas más directos y hasta agresivos. Una maravilla.

-Bodas de sangre, de Federico García Lorca. Era imperativo hojear el libreto original tras haber visto La novia. Impresiona su redondez, cómo no falta ni sobra una coma para retratar una identidad colectiva y compartida. Es brillante.

-Cartas a un joven poeta, de Rainer Maria Rilke. Ya las había leído en distintas ocasiones, pero nunca de corrido. Algunas de las líneas de las cartas de Rilke son fuente recurrente de inspiración y consejo para mí, y a esto ha sido bonito sumarle el descubrimiento de su relación con Kappus a través de la lectura completa de las misivas.


Música

Esta vez voy a hacer una mezcla de canciones sueltas y discos, ya que ha habido un poco de las dos cosas y en general me siento muy satisfecha con la nueva música que va ambientando mi vida. 

-Film Out de BTS. Que igual os pensabais que no los iba a mencionar este mes. Esto ya es así, es lo que hay. BTS sacó esta canción en japonés en el mes de abril y desde la primera escucha me tuvo en sus manos porque soy público fácil siempre para este tipo de canciones. ¿Qué tipo de canciones? Básicamente, temas de doramas y en específico de doramas nipones: hay algo en esas canciones, generalmente baladas, que a mí me atraviesa por completo y hace que pasen los años y me vuelva a emocionar al escucharlas y regrese inmediatamente a la historia que acompañaban. Los temas de los Jdramas tienen las dosis justas de melancolía y cariño, son entrañables por definición. Y BTS ha hecho un tema de Jdrama (es para la película de un dorama, de hecho), así que a los ingredientes que para mí ya funcionan de por sí hay que sumarles sus voces, una letra preciosa y un videoclip que regresa a la narrativa principal del grupo y da ganas de verlo muchas veces. Todo bien con Film Out, me gusta muchísimo.


-BLINDING HOPE de the GazettE (no me queda claro que sigan estilizando el nombre con las mayúsculas así). AY, qué alegría cuando viene uno de tus grupos favoritos a salvarte el día, el mes y el año. the GazettE ha anunciado también nuevo disco, con lo que podéis esperar babeo máximo en el próximo Favoritos; pero, por lo pronto, nos ha traído un primer bocado de su álbum MASS y es todo lo que podría haberles pedido. Suena a ellos, suena a esperanza y suena a un chute de energía maravilloso. No era consciente de lo mucho que los echaba de menos.


-Momentismo absoluto de Fangoria. Es una de las primeras cosas que he mencionado en la entrada y es que una se siente muy aliviada cuando le puede poner nombre a la idea que más se ha asentado en ella en los últimos tiempos. Se trata de un fenómeno colectivo, nos hemos dado cuenta de que lo que parecía permanente se puede ir a tomar viento en cualquier momento y sin previo aviso. Momentismo absoluto es un manifiesto que, hoy por hoy, encaja como ninguno. La canción es un temazo, el vídeo da ganas de verlo muchas veces y esto ya se queda como himno al mismo nivel que A quién le importa. Genial.



-Leave the door open de Silk Sonic. Esta canción podría ser un tema de hace cincuenta años, de esos que ponemos hoy en día y nos erizan la piel como entonces. Juega con esa sensación de clásico atemporal, pero a la vez la letra nos devuelve a 2021. Es un temazo y la voz de Bruno Mars me pone los dientes muy largos y hace que no pueda dejar de escucharla (e intentar cantarla).


-The cause of shipwreck, disco de Blackbriar. ¿Qué pasaría si Kate Bush fuera la cantante de un grupo de metal gótico? Zora Cock, la vocalista de Blackbriar, no sólo tiene un timbre muy especial y parecido al de la británica, sino que además canta como una diosa y tiene un gusto exquisito. The cause of shipwreck es el primer disco completo de la banda y aúna todos los elementos que llevaban unos años mostrando a través de sus trabajos: el gusto por lo cinemático, la variedad cordal, el feminismo siempre presente, la mitología para alumbrar el presente. Una de sus canciones comienza con estos versos con los que me siento muy identificada: I'm a romantic at heart / Not in a rosy kind of way / But quite a darker shade / With excruciating vulnerability / And dreadful sensibility / I'd like you to levitate with me / And be a leaf in gusty winds / Guided by inexplicable things. Y por eso me encanta este grupo.


-~how I'm feeling~, disco de Lauv. Todo empezó por BTS y aquí estamos. El pop de Lauv es tranquilo, sin grandes aspavientos; me inspira calidez y normalidad, me hace sentir cómoda. Las letras son la guinda, amables y sensibles; me iría a darle un abrazo después de muchas de ellas. 



Y hasta aquí por hoy. Quiero escribir más a menudo en los próximos meses, a ver si lo consigo. Sino, hasta dentro de otros dos.

¡Sed felices!

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