lunes, 17 de mayo de 2021

Tiempo de series

No había previsto escribir hoy una entrada, ni siquiera cuando he terminado esta misma tarde la segunda serie de la que voy a hablar. De las dos tengo cosas que me apetece plasmar por escrito y ambas se han ganado un lugar en mi imaginario; sin embargo, pensaba esperarme a sumar algún otro título o a redactar los próximos Favoritos.

Esto era así hasta que, hace sólo un ratito y apenas unos minutos tras terminar de ver la segunda obra en cuestión, una publicación en Instagram del actor Pelle Heikkila me hacía conocedora del fallecimiento de Ilkka Jaamala, un diplomático finlandés que realizó una importante labor humanitaria en Chile tras el levantamiento de Pinochet. Historia de la que yo no sabía nada hasta hace apenas dos semanas.

Hoy he venido a hablaros de dos series:


Héroes invisibles (2019)

Obviamente, por aquí empiezo. Si algo le agradezco a la proliferación de las plataformas de streaming es poder tener acceso a películas y series finlandesas: hasta hace nada, la mayoría eran imposibles de encontrar en la red. Hace quince años, cuando empecé a hincarle el diente a la filmografía de Aki Kaurismäki (que parecía ser el único director finlandés existente), cogía los DVDs en la bilbioteca de mi ciudad; la primera película de él que vi online fue, un año tras su estreno, Le Havre (2011), gracias a Filmin.

Y a Filmin precisamente le debo el tener un catálogo bastante grande de películas y series finlandesas donde elegir y el haber descubierto este título que se me ha quedado en el corazón de una forma tan especial.

Héroes Invisibles es una miniserie de seis episodios, sencilla y austera en su forma y sin otra pretensión que la de retratar y rendir homenaje a un grupo de personas reales que hicieron todo lo que estuvo en su mano por ayudar a otros. Tapani Brotherus es un diplomático que en el momento del golpe de estado de Pinochet trabajaba como encargado de negocios en Santiago de Chile, en representación de su país. Tenía treinta y cinco años cuando, junto con su esposa Lysa Brotherus, tomó la decisión de acoger primero en su casa y posteriormente en territorio de su Embajada a políticos perseguidos por la dictadura militar. Se ocupó de mediar con el nuevo gobierno chileno, tramitar exilios y buscar el apoyo legal de su país, que como nación joven se mantenía en un terreno peligrosamente neutral.
Una de las figuras clave en su lucha humanitaria fue el consejero Ilkka Jaamala, también homenajeado en la serie y fallecido hoy.

Independientemente de la precisión de lo que se cuenta con respecto a la política chilena y finlandesa del momento (he leído que existen algunas incorrecciones y, sin duda, lo que sí salta a la vista es cierta dosis de esquematismo en la forma de retratar a los personajes de cada bando), lo que impera en los seis capítulos es la humanidad, y justo eso se me ha quedado atragantado y me ha llevado a entristecerme tanto hoy al leer la noticia: hay historias reales, la mayoría de las cuales nos pasan desapercibidas y caen en el olvido, que son pura esperanza. Descubrir que, pudiendo haber mirado hacia otro lado, hubo una serie de personas que decidieron someterse a diversos peligros e incontables molestias por salvar vidas, devuelve a una la fe.

Serie sencilla, lineal, sin alardes en ningún sentido, con interpretaciones correctas (Pelle Heikkila, Sophia Heikkila, Ilkka Villi...), una mezcla de idiomas muy bonita (desde entonces, echo de menos escuchar español chileno con acento finlandés) y tono sobrio. Puede que falle alguna cosa, pero cuando el objetivo era reconocer el valor humano de alguien y terminas sintiéndote conectada de nuevo a las personas, sabes que ha sido un trabajo bien hecho.

Cariño infinito a estos héroes invisibles y ojalá todos tuviéramos un poquito de ese coraje en nosotros.


Long Love Letter (2002)


Justo con esta otra serie me ocurre lo contrario: que las intenciones son las mejores, pero si falla todo el proceso de hacértelas llegar (guión, recursos, desarrollo de personajes...), ¿basta sólo con ese propósito?

Long Love Letter es una serie que vi por primera vez hace nueve años. Y he tenido que irme a leer mi reseña de entonces para asegurarme de que, efectivamente, en aquel momento me había gustado mucho. Y es que en mis recuerdos figuraba como una historia que me había emocionado profundamente y también en ese texto de 2012 reconozco haberme involucrado en ella.

Ha sido un choque encontrarme con lo opuesto: un desastre. Un desastre que sí, tiene un mensaje ambientalista y de ayuda mutua de fondo, pero que está muy mal transmitido. El hecho de que en su día me marcara hace que ya no pueda hablar de este dorama sin cariño, pero la verdad es que hay demasiadas cosas que, de haberlo visto por vez primera en 2021, me hubieran impedido disfrutarlo.

Lo que está mal: TODO. Desde la oportunidad perdida de hablar con interés de un futuro apocalíptico, a la oportunidad perdida de haber usado el futuro apocalíptico como mera excusa para reflexionar de verdad sobre el ser humano. Se queda a medias en ambas cosas y lo que sí hace es lanzar tramas a cual más disparatada y algunas de ellas altamente problemáticas (quiero creer que varias escenas que parecen pasar sin mayor escándalo hoy en día tampoco serían normales en Japón). Hay unas cuantas de las reacciones inverosímiles de los personajes que son pura sociología; sin embargo, la mayor parte del guión no se sostiene por ningún lado.

Lo que me gustó:
a) No recordaba la cantidad de actores posteriormente conocidísimos que pasaron por esta serie: Takayuki Yamada, Tomohisa Yamashita, Asami Mizukawa, Karina, Emi Suzuki, Satoshi Tsumabuki... 

b) La pareja protagonista: Takako Tokiwa y Yosuke Kubozuka. Ambos son actores que me gustan muchísimo y su química en pantalla sigue viéndose maravillosa veinte años más tarde. El caso es que me gustan sus personajes y me habría encantado verlos bien desarrollados en un dorama escrito con criterio. Me quedo con las ganas de que hubieran tenido una historia más sólida, pero también muy encariñada con su naturalidad.

c) El final, el final inmediato, esa conclusión última que ojalá hubiera tenido más tiempo de desarrollo y hubiera estado precedida de una historia interesante.

En la entrada de 2012 hago alusión a que se había comparado esta historia con Lost o El Barco y a estas alturas ingoro quién había realizado tal paralelismo; lo que me ha llamado la atención esta vez ha sido encontrar varios elementos que parecen muy calcados a otros de The 100 (2014-2020). Y, o bien ambas se inspiraron en algo más, o bien ese humo verde ya sé de dónde lo sacó el amigo Jason Rothenberg. Nada malo con ello: The 100 es, en su mayor parte, fantástica.


Una de cal, y otra de arena. En realidad, grandes dosis de cariño a ambas por razones diferentes. A Héroes Invisibles por lo que cuenta, por ser fe hecha serie. A Long Love Letter por la pura nostalgia, por el amor a gran parte de su reparto y porque me sigue haciendo tilín esa pareja que formaban Tokiwa y Kubozuka. 


¿Habéis visto series últimamente? Yo no me lo esperaba, pero poco a poco estoy volviendo a ellas. Lo bueno de haber ganado tiempo libre.


¿Me recomendáis alguna otra historia (en el formato que sea) que dé ganas de seguir habitando este mundo? ¡Sed felices!



*Soy perfectamente consciente de que la RAE considera que guión debe ir sin tilde. Watch me care.

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