sábado, 7 de septiembre de 2019

Favoritos de julio y agosto



No tengo ni idea de cómo empezar a hablar del verano más raro de mi vida, así que simplemente desbarraré como salga y pista. El verano de 2019 ha sido extraño de narices. Ni lo he notado.

Julio era mi mes de no hacer nada y, aunque nada hice, mi cabeza decidió que el descanso era para otros. Tuve mucha ansiedad y perdí demasiados días intentando escapar de unos fantasmas que aún no he identificado.
En agosto cumplí uno de los sueños más importantes de mi vida.

Y todo esto duró muy poco y se fue. 2019 me ha devuelto a la rutina como si nada. Rutina siendo, claro, mudarme y adaptarme a entornos nuevos. Pero rutina.
Este verano ha sido brevísimo. Ha sido intenso en todo momento, pero en exceso veloz. Y me quedo pensando en si todos los que vengan de ahora en adelante se marcharán de la misma manera, sin mirar atrás. 

En fin, ha habido más cosas que Japón en julio y agosto. Algo he visto y algo he leído, y todo me lleva de forma automática a los momentos concretos en que me metí en esas historias, como si la realidad circundante fuera inseparable de ellas. 


Series


La sequía de series sólo me la curan los doramas y este verano se puede decir que he visto dos bien relacionados entre sí. También he disfrutado de la más reciente temporada de The 100, pero me ha parecido desaprovechada y muy inferior a los grandes momentos de la serie. The 100 acaba el año que viene y yo me alegro de que se haya tomado la decisión de finalizarla, pero a la vez odio tener que despedirme de sus personajes y reparto. The 100 no es de mis series favoritas de este verano, pero sí de la vida.

Favoritas, pues:

-Hirugao (2014). Suelo buscar doramas en base a sus actores, y Aya Ueto es siempre una jugada segura. Sabe elegir sus proyectos y a sus personajes, sabe seleccionar historias que aporten algo. Hirugao, literalmente "bella de día", es el nombre que se da a las amas de casa que, mientras su marido está trabajando durante la jornada, se buscan amantes con los que entretenerse. Y el dorama habla de mujeres que forman parte del tradicional concepto de matrimonio japonés donde él se va a la empresa y se encarga de traer dinero, y ella gestiona la casa mientras la relación de pareja deriva en una especie de contrato fraternal. Hirugao habla de la soledad de estas personas que desean algo más que la mera conveniencia de la estabilidad. Y la serie se va mucho por las ramas y cae en algunos clichés innecesarios, pero Aya Ueto realiza un trabajo tan sólido que a nadie le importa que otros actores, como Takumi Saito o Mayumi Hamada, estén bastante menos acertados. Su Sawa es una mujer conformista y amargada hasta que descubre que las casas arden y las vidas siguen, y de la mano de ella aprendemos a buscar a esas hirugao en nosotros mismos.

-The Naked Director (2019). Una noche, en Tokio, un anuncio interrumpe la programación televisiva para presentar la nueva serie de Takayuki Yamada en Netflix. The Naked Director cuenta la historia real (ficcionada) del director de cine porno Toru Muranishi, archiconocido en su tierra por haber tirado no pocas barreras en cuanto a la producción de cine para adultos. Toru Muranishi descubrió que el porno era el idioma del futuro y decidió que a través de este lenguaje también se podía hablar del ser humano. The Naked Director tenía un abanico gigantesco de opciones a su disposición y eligió la más nipona: la comedia absurda de mano de unos personajes histriónicos y con los que no sabemos por qué empatizamos tanto, los tintes de drama que hablan a voces de las ataduras morales de la sociedad japonesa de los 80 (y de ahora). 
Del esposo que trabaja para llevar dinero a la familia pero está desligado por completo de ella, a la niña bien criada en la rectitud de modales y reprimida en su misma esencia, pasando por todo un crisol de personajes cuya relación con el sexo difiere, pero marca a la perfección las visiones de toda una sociedad. The Naked Director hace reír a la vez que lanza reflexiones sobre el matrimonio, el dinero, la posición de la mujer (también en el porno, que es un debate abierto hoy sobre el que dudo que exista una única certeza) y el sexo como liberación de la verdadera cara de uno, que sólo se muestra de verdad en sus momentos más primarios
Esto era lo que esperaba de Netflix Japón. El potencial es tan grande que sólo deseo que esta serie cree escuela y la sigan muchas más. Enormes Takayuki Yamada, Tetsuji Tamayama, Misato Morita y todo el resto de actores valientes que forman parte del proyecto.


Cine


-Un asunto de familia (2018). Hirokazu Koreeda es un maestro en la comprensión de la psique humana. CONOCE a sus personajes. Y, a través de ellos y por medio de la sencillez formal, reflexiona sobre el significado de la familia; sobre el peso o no de la sangre en las relaciones, sobre cómo también existen familias artificiales. Es una cinta profunda, capeada, cargada de matices y escenas que cobran nuevos significados cuando llegamos a un desenlace sorprendente. La última media hora está compuesta por un magistral conjunto de revelaciones que hacen tambalearse lo que creíamos haber entendido, pero que de alguna manera reequilibran la historia.
Empecé a ver Un asunto de familia a bordo de mi vuelo a Japón; terminé cuando regresaba de Tokio a Madrid. Creo que este hecho me hizo apreciar mejor muchos detalles. Es una película preciosa y emotiva que todavía me tiene dándoles vueltas a sus escenas.

-Tolkien (2019). Tras haberla esperado pacientemente durante meses, la indignación fue poca cuando me di cuenta de que apenas se proyectaba esta película en Galicia. Estuvo en un cine de Vigo durante bastante tiempo, pero los sitios que me pillaban a mano (A Coruña y Ourense) apenas dieron opciones. De modo que también fue Iberia quien me dio la oportunidad de ver esta película en una pantalla fuera de casa. Lo cierto es que Tolkien me gustó mucho, pero no es nada especial. Es una sencilla biografía que en verdad sólo retrata una etapa muy breve de la vida del escritor. Por y para fans, nos explica el origen de algunas de las temáticas recurrentes en sus obras y nos habla de las relaciones que marcaron su vida. Cumple su propósito y muestra buenas interpretaciones, aunque me habría gustado ver más de la creación de la Tierra Media.


Libros


-La sociedad de la transparencia, de Byung-Chul Han. No entro en detalles porque ya lo hice en la entrada que le dediqué nada más terminarlo. Han es experto en hacernos percibir la realidad desde las perspectivas más precisas. Arroja luz sobre tantísimas cuestiones de nosotros mismos, que cuesta creer que sus ensayos sean tan breves. 

-El ladrón de cuerpos, de R.L. Stevenson. Me llevé el e-reader a Japón pensando que elegiría lectura una vez allí, pero lo cierto es que no encontraba nada en la base de datos que me convenciera. De modo que decidí apostar seguro e irme a por un Stevenson. El ladrón de cuerpos es poco más que un cuento, una historia muy sencilla cuyos mejores aspectos son la ambientación y los personajes, pero que a nivel de trama no sorprende. De todas maneras, me pareció una de esas novelettes casi góticas que se disfrutan siempre.

-Atelier of Witch Hat, volumen 4. Nada que añadir a lo que vengo diciendo de cada tomo. Es una joya.


Música

Las canciones que más rallé en julio y agosto fueron:

-Millonària de Rosalía


-Kõnõtraat de Elina Born y Stig Rasta


-Doble corazón de Mónica Naranjo


-youknowbetter de Hyolyn



Viajes, conciertos, experiencias


Llego a este apartado y no sé qué decir. Ya traté de escribir un texto coherente al respecto y salió esta birria. Este verano he ido a Japón y estoy en shock por haber estado allí y también estoy en shock por haber regresado. Al principio, todavía respiraba la normalidad de haber vivido mis veinticuatro horas de cada día in situ, pero pasado ese período me siento muy rara al respecto; como si todo hubiese sido una paranoia muy bonita.

Así que, aparte de Japón, que creo recordar que fue increíble (y extenuante), he pasado la mayor parte de mis vacaciones en Vigo haciendo nada. He pisado mi bonito Portugal norte un par de veces y he olido el mar. He visto a Leiva en directo y he saldado la deuda de visitar la tumba de Vicente (Cody MC) de Kannon, cuya música lleva muchos años a mi lado.


Ya os adelantaba que el verano ha sido especialito. Para bien y para mal. Me voy haciendo mayor, lo noto físicamente y empiezo a ser consciente de que debo afrontar ciertas cosas de otra manera. Ser en la vida romero, que decía León Felipe; aplícate el cuento, amiga.

Que vuestro inicio de septiembre sea suave y cómodo, o abrupto; como mejor os vaya. ¡Podemos con todo!

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