¿Que igual se me han acumulado demasiados meses y ya estamos a 6 de diciembre? Pueeede ser. También se me acumulan los libros, pelis y viajes pendientes; es lo que tiene este año.
No había escrito aquí desde octubre (en realidad, sí que empecé varios borradores que ahí siguen, a medias) y tal vez toque realizar un pequeño balance de esta recta final del año que en realidad ha sido sólo el arranque del curso escolar (por más que me sienta como si llevara meses y meses a mis espaldas). Lo cierto es que, cuando pienso en la mudanza a Fisterra (yes) y la adaptación al nuevo lugar, siento que es la vez en que más fácil se me ha hecho. Puede que tenga que ver con que 2020 es tan caótico y lanza tantísimos estímulos que resulta imposible centrarse de lleno en el estrés de un cambio de rutina. Llegué a Fisterra el 31 de agosto, me instalé, comencé a trabajar, me acostumbré a pasar aquí todos los fines de semana con muy pocas excepciones, hice amigas, tuve ansiedad, algunas semanas pensé que no las terminaba entera, eché de menos mi casa, compré compulsivamente, disfruté del mar y de los atardeceres más bonitos que recuerdo y me fundí con el lugar. No tengo la noción de haber pasado por un período de aclimatación y me siento bien con el sitio en el que estoy, aunque con muchas otras cosas tenga conflictos. Como todos últimamente.
A las puertas del final de 2020, es el primer año en mucho tiempo (desde que me fui a Madrid en 2013) que deseo que se vaya de una vez y no se repita. Como todos, también.
Sin embargo, y cuando redacte una reflexión final ahondaré en ello, también ha tenido muchas cosas buenas y algunas han venido en esta última parte: la Costa da Morte, un colegio tranquilo por fin tras el infierno de Ferrol, poder pasar con mi hermana su cumpleaños y (tengo que decirlo) BTS. Cuando reflexionaba sobre 2019, expliqué lo importante que había sido en mi gestión del estrés y la autoestima de mierda Alter Bridge; también durante los primeros tres meses de este año (hasta que se impuso la cuarentena y dejé de tener que ver ciertos jetos a diario) su música fue fundamental para ayudarme a seguir en pie y no dejarme aplastar. Pues de 2020 me quedo sin duda con BTS como medicina maravillosa que me ayuda cada día a respirar profundo, recuperar fuerzas y volver a salir de casa.
A BTS les empecé a escuchar en agosto, pero han estado presentes cada día de mi vida especialmente desde septiembre. Llegué a ellos justo para el estreno de Dynamite, con el boom mundial que ha sido, y me quedo para largo. Su último disco, BE, es la cura a este año y después os explicaré todo lo que significa para mí.
Más allá de BTS, no he visto ni leído mucho y por eso me ha costado tanto ponerme con esta entrada. Siento que casi toda mi energía se está yendo en sobrevivir.
Así que bueno, aquí traigo algunos favoritos y el deseo de poder estar un poco más receptiva próximamente:
Películas
-La linterna roja (1991). Ambientada en la China imperial de las esposas y concubinas, presenta la historia de la protagonista, Songlian, como espejo de problemáticas mucho más contemporáneas. Aunque no me sorprendió en su contenido porque he leído bastante al respecto, sí que me pareció maravillosa e icónica su manera de contar a través del color y la composición. Tanto el ritmo, como las interpretaciones y el guión son perfectos. Me pareció fantástica.
-Pride (2014). Si me pidieran clasificar esta película, diría que es una cinta feelgood. A pesar de tocar temas tan duros como la transmisión del SIDA en los 80, es fundamentalmente una historia de solidaridad y cooperación sobre el mutuo apoyo entre colectivos gays y mineros contra Margaret Thatcher y algunas de sus políticas. Habla de igualdad, de respeto, de amistad y de empatía. Es entrañable hasta decir basta, perfecta para cuando una necesita un abrazo.
-En la playa sola de noche (2017). Disfruto mucho las cintas reflexivas donde importa más lo que no pasa que el hecho de tener un argumento. Hong Sang-Soo realiza un trabajo muy sólido a la hora de poner sobre la mesa algunas de las mayores problemáticas del ser humano actual (la soledad, la falta de vínculos con el entorno, la ausencia de motivación) y dejarnos pasear junto a su protagonista para sumergirnos en todas esas cuestiones con apenas unas pocas pinceladas. La interpretación de Kim Min-Hee es hipnótica.
-Ida (2013). Una de esas cintas que son pura poesía. Cuenta una historia familiar de búsqueda de los orígenes y, por medio de ella, indaga en la Polonia de posguerra cargada de heridas abiertas y contradicciones. Las dos actrices protagonistas están inmensas y consiguen hacernos partícipes de sus miserias y dilemas, nos arrastran con ellas en esa búsqueda del propio ser.
Excursioncillas
Llevo desde febrero sin salir de Galicia (¿recordáis que me fui a Berlín a ver a Dir en Grey? Qué tiempos), pero dentro de las circunstancias he hecho un esfuerzo por no dejar de moverme demasiado. Aunque durante el verano estuve feliz de la vida regodeándome en mi tiempo muerto quieta en Vigo, desde que empecé de nuevo a trabajar me he sentido presionada a no hacer más vida que esa: la académica. Por decisión propia no me he estado yendo a casa, pero además de eso los docentes hemos recibido mensajes preciosos desde arriba que básicamente nos instan a dejar por completo de relacionarnos y vivir, no vaya a ser que nos contagiemos; como si no hubiera muchísimas más posibilidades de contraer cualquier cosa en un aula.
En fin, que he decidido seguir disfrutando de los sitios, aunque esos sitios estén a tiro de piedra. Y es que, para empezar, vivo en Fisterra: la belleza está asegurada. Además de los paisajes de este rinconcito del mundo y de su zona más inmediata (he conocido mucho mejor Cee o Muxía, pero también Dumbría, Carnota y Vimianzo), también he hecho alguna escapada un poquito más allá.
Me fui un fin de semana a Tui a visitar a mi amiga Laura, y con ella redescubrí Santa Tegra y paseé por primera vez por A Guarda, que me pareció bellísimo. También estuvimos en la feria de Vila Nova de Cerveira, uno de mis puntos favoritos de Portugal Norte.
El siguiente fin de semana, vino ella aquí. Hicimos más cosas, pero sin duda mis dos favoritas fueron: la Ruta dos Dólmens, entre Vimianzo, Mazaricos y Zas; y visitar faros de noche, en concreto el de Fisterra (al que voy yo misma de noche muchas veces) y mi Vilán, experiencia esta última que fue insólita e inolvidable.
También estuve en Santiago antes de que cerrara (y después de un año sin pisarlo), conocí la barbaridad de Ponte Maceira, me fui a la Central Hidroeléctrica del Tambre diseñada por Antonio Palacios y descubrí los alrededores de Malpica. Fascinación especial por Punta Nariga, donde me quedé menos tiempo del que me hubiera gustado porque el viento daba miedo, pero adonde volveré en cuanto pueda porque las formas del paisaje son increíbles y allí vi uno de los arcoiris más bonitos de mi vida.
Mi última pernocta fuera de casa fue en las míticas Cabañitas del Bosque, en Outes; amo esa zona y las cabañas son una maravilla de desconexión inmediata. Sé que repetiré antes de irme de aquí y que seguramente lo vaya a hacer más veces porque esos días entre árboles me ayudaron mucho a relajarme. El área de Outes-Mazaricos-Noia es ya de mis favoritas de Galicia y sus paisajes no dejan de fascinarme. En esa misma excursión, hice una pequeña ruta de cascadas y visité la de Toxosoutos (Lousame), la de Santa Locaia (Mazaricos) y la de Castriz (Santa Comba).
El monte y el mar han sido los grandes aliados de estos meses y me siento muy agradecida de estar viviendo esta etapa en un sitio mucho más abierto a la naturaleza de lo que lo era Narón.
Música
No voy a basarme en los temas más reproducidos según Last.fm, como hago habitualmente, porque la mayoría son de BTS y no quiero ser una puñetera pesada.
Sí, he escuchado a BTS en bucle y algunas canciones han estado presentes continuamente: Dynamite (obvio), Spring Day, Black Swan, I'm Fine, HOME, Filter... La puntería de publicar Dynamite en el momento justo para un tema con ese tono no tiene nada que envidiar a la de realizar un directo de HOME en el programa de Jimmy Fallon. Todas estas canciones, y muchas otras, forman parte de mi proceso de sanación y mantenimiento de la cordura y ya son muy importantes para mí. También he pagado para verles en concierto en directo, así que os hacéis una idea.
Sin embargo, y sin irme de BTS, lo crucial ha llegado hace nada, apenas unas semanas. Llevaban tiempo anunciando el nuevo disco, BE, lanzando imágenes promocionales y dándonos algunas informaciones sobre lo que iba a ser: un trabajo en gran medida autoproducido y surgido de sus sentimientos como personas afectadas por esta locura de año. Sin grandes conceptos de fondo (telita, lo que tiene BTS de fondo en sus otros trabajos), sin un aderezo excesivo, sin cambiar de idioma. Simplemente un disco sincero y personal. Me lo pedí bastante antes de que saliera y el día que se estrenaron las canciones estaba despierta horas antes. Y no se trata de si es o no un trabajo en la línea que estaban siguiendo o de si es mejor o peor; se trata de que es real. Empecé a llorar a los pocos segundos de arrancar Life Goes On y sólo estos últimos días la estoy pudiendo escuchar sin emocionarme. Es increíble lo que me pasa con esa canción; con el disco entero, pero en particular con esa canción. Es un tema sencillo, honesto, que habla de sentirnos desalentados y de aun así seguir adelante, y no sé si son las palabras o la melodía o las armonías entre sus voces, pero hay algo que conecta tan profundamente con cómo me siento que se me pone la piel de gallina (el vídeo, dirigido por Jung Kook, es también perfecto). La palabra para BE, y en adelante para BTS como conjunto de personas muy bonitas (y una producción que lo flipas detrás), es antídoto.
Otros temas que he escuchado a saco han sido:
-Move me de Badflower. No sé si lo he incluido ya en algún Favoritos porque tiene años fuera, pero es que me flipa y cada vez que vuelvo a él me meto en un papel de despechada que vaya teatrillos me monto yo sola. Tengo iniciada y pendiente una entrada sobre este grupo, pero falta la energía para redactarla entera. Pronto.
-Fusión del Núcleo de CHICA SOBRESALTO. Por alguna razón, este año seguí un Operación Triunfo inusual y bastante desastroso del que ya no me interesa mucho nadie. Maialen, CHICA SOBRESALTO, me caía fatal como persona en el programa y me sigue resultando bastante insoportable; pero su música me define de una forma tan certera que no puedo evitar escucharla en bucle. Fusión del Núcleo me encanta, me representa y no deja de reproducirse en mi casa.
Con esto llego al final y me sorprende haber sido capaz de cerrar la entrada. No he mencionado libros porque no he logrado terminar ninguno ni series porque lo único que he visto (¡un dorama de Jung Il Woo!) no ha sido gran cosa.
Diciembre sólo está empezando, pero lo bueno es que en apenas dos semanas es Navidad y esta vez sí que me voy a casa pase lo que pase.
A quien me lea: te deseo paz mental y que puedas estar cerca de los más importantes en estas fiestas.
¡Feliz noche!
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