jueves, 1 de julio de 2021

Favoritos de mayo y junio

¡Feliz verano! ¡Felices vacaciones para los que estéis de descanso, ánimo y paciencia para los que no!

Si me hubieran dicho, en el año 2011 (cuando me presenté a mis primeras oposiciones), que en 2021 iba a estar recibiendo julio con las mismas perspectivas vitales a corto plazo (sentarme en una silla a redactar un tema, pasar por el trago siempre traumático de exponer de memoria delante de una gente que ni siquiera me escucha, albergar esperanzas para que las destrocen delante de mis narices...), seguramente habría tomado decisiones distintas. No sé si para bien o para mal, pero empecé en esto asegurando que me daba cinco años y sino a otra cosa. La vida cambia cuando te encuentras con que la pesadilla en realidad te da de comer, pero sigue siendo una pesadilla.

En fin, que estoy de oposiciones una vez más y me siento como en todas las ocasiones anteriores: ansiosa, nerviosa, en pánico a ratos y abstraída por completo de la situación en otros momentos. 

He tenido un bimestre inusual y un poco desaprovechado, pero ya no me pesa no hacer todas las cosas que habría querido; es más sano fluir y abarcar lo que tu cuerpo puede en cada momento. He estudiado más de lo que pensaba y menos de lo que debía, y así con otras actividades como "viajar" (intramuros, que sigo sin haber pisado suelo no gallego desde febrero del año pasado), nadar y leer.
Lo genial: he escrito como antes. No muchísimo ni genial, pero sí como más me ha llenado siempre hacerlo: en trance, compulsivamente, hasta las tantas de la madrugada sin poder soltar el relato. Hacía muchos años que no me ocurría y no ha salido de ello ninguna gran obra, pero me he sacado de dentro una novelilla de cien páginas que se han escrito en total abandono a la propia escritura. Y no tengo intención de compartirla ni de hacer nada con ella porque no es algo de calidad, pero sí que me ha servido para calentar motores y volver a embriagarme de ello.

Aparte de eso, saco unos cuantos favoritos de los que os quiero hablar porque me dieron la vida en mayo y junio:


Series

He visto dos miniseries que me han gustado mucho, mucho. Ambas están en Filmin y ambas valen la pena:

-Héroes invisibles (2019). Como ya la he reseñado en una entrada anterior, no me voy a extender mucho. Narra la historia de tres diplomáticos finlandeses (y uno sueco) que trabajaban en Chile en el momento del golpe de estado de Pinochet, y cómo ayudaron a salvar muchísimas vidas. El mayor acierto de la serie, para mí, es el tono sencillo con el que se cuenta la historia, como una mera constatación. Me transmitió muchísima esperanza en la humanidad.

-Laëtitia o el fin de los hombres (2019). Nuevamente una serie basada en hechos reales, en este caso el relato de un crimen ocurrido en Francia en 2011: el de una joven desaparecida que posteriormente fue encontrada a trozos tras haber sido también violada. Lo duro de la historia ni siquiera es este crimen, sino cómo a raíz de algo así se va desenredando la madeja y salen a la palestra años de malos tratos y abusos sexuales hacia ella y su hermana. Es un caso impactante y muy simbólico en cuanto a todo lo que sacó a relucir, a todo lo que había detrás. Habla de cómo se mira hacia otro lado muchas veces ante ciertos indicios, ya sea por miedo o por la necesidad de pensar que se han salvado vidas en vez de condenarlas, como es el caso de la trabajadora social que se ocupó de esas niñas. 
La serie está muy bien hecha, desmiga las diferentes situaciones y se erige como un tremendo manifiesto feminista. No me gustó, especialmente a la luz de esto último, ese punto petulante del detective y el juez arreglando el país; todo lo demás está muy bien, incluidas la superficial crítica a Sarkozy (se podría haber profundizado un poco) y las interpretaciones de Marie Colom, Sophie Breyer y Sam Karmann.


Películas

No ha sido el mes del cine en lo que definitivamente tampoco está siendo el año del cine para mí. He visto pocas cosas y, de ellas, menos aún me han convencido. Estuvieron bien pero se me quedaron muy cortos estos tres títulos: Shiva Baby (2020), Una joven prometedora (2020) y Del inconveniente de haber nacido (2020). Un simple meh para El prisionero de Zenda (1952), si bien la presencia y el buen hacer de James Mason para mí compensarían siempre cualquier bodrio.

Las que sí me encantaron son sólo una más dos revisionados:



-A song called hate (2020). Es lo que parece: un documental sobre Hatari, el grupo islandés con puesta en escena BDSM que representó a Islandia en Eurovisión 2019 en Israel (soy absolutamente fan de ellos). El documental me pareció excelente, prueba gráfica de la dureza y presión de una situación de la cual, desde fuera, únicamente podíamos ver la performance. Totalmente metidos en su papel ante los medios, se vieron muy ahogados por la presión que les llegaba desde su país (Islandia reconoce la soberanía de Palestina), así como la vigilancia de cuanto hacían por parte de las autoridades israelís competentes. Una posición lejos de ser fácil, que asumieron de forma muy valiente y que explican en el documental ya sin actuación, sólo como personas llevando a cabo una misión.
También se ve reflejada la relación entre ellos, especialmente entre Klemens y Matthias, y es muy bonito y necesario que exista representación de esa amistad cargada de cariño y cuidado entre hombres adultos.

-Los revisionados maravillosos: El Señor de los Anillos en el cine después de todos estos años (he llorado bastante) y Hedwig and the Angry Inch; esta última se puede analizar hoy en día desde puntos de vista muy diferentes y algo controvertidos que quizá no existieran cuando se estrenó en 2001, pero para mí sigue siendo perfecta.


Libros



-Las bestias olvidadas de Eld, de Patricia A. McKillip. Ni siquiera me sonaba el nombre de la autora, pero vi que Duermevela Ediciones, de la booktuber Magrat Ajostiernos, lo editaba y me enamoré de la portada. Es un libro, sencillamente, perfecto: fantasía clásica con los ritmos y tonos de la fantasía clásica, pero que da una vuelta al viaje del héroe para convertirlo en una gesta hacia su propio interior. La protagonista, Sybel, poderosísima hechicera heredera de las bestias míticas más impresionantes, debe enfrentarse a difíciles decisiones que la irán modelando como persona y decidirán el futuro del mundo tal y como lo conoce.
La historia fluye todo el tiempo, sin un solo momento de bajón pero sin desbocarse; desde el primer párrafo el lector sabe perfectamente en qué tipo de relato está inmerso. 
Gran trabajo de esta autora y seguro que leeré más de ella.

-La leyenda del rey errante, de Laura Gallego. A ver por dónde empiezo con éste. Lo principal que tengo que comentar es que esta novela me ha hecho muy, muy feliz.
Veréis: yo fui una de esas adolescentes obsesionadas con Memorias de Idhún al punto de escribir cartas a la autora (tengo a buen recaudo su respuesta, escrita a mano y de verdad: no me respondió un mero agradecimiento, sino que se leyó lo que le había contado y me fue contestando a todo), ser activa en su foro e ir a verla a varias firmas de libros. El origen fue MdI, pero tengo que decir que las novelas que más me enamoraron en su día fueron La emperatriz de los etéreos y mi absoluta favorita de ella (que no he vuelto a leer por pánico a que haya perdido calidad para mí en estos años): El coleccionista de relojes extraordinarios.
Me devoraba todo de Laura Gallego en aquella época, hasta que, a partir de 2010, para mí perdió el encanto. Leí Donde los árboles cantan y El libro de los portales, ambos tan decepcionantes (el primero más que el segundo) que decidí distanciarme por un tiempo. Desde entonces, en mi cabeza rondaba la duda: ¿ha empeorado o simplemente sus libros eran para mi yo de 18 años? Tengo la espinita de volver a leer MdI, pero también he visto varios vídeos de gente que los ha releído años más tarde y las opiniones no son halagüeñas.
El caso es que tenía La leyenda del rey errante en mi estantería desde hacía mucho tiempo, firmado porque lo gané en un sorteo, pero no me llamaba tanto. Quién me iba a decir que me reconciliaría con la autora de esta manera: es una historia perfecta. Por su lenguaje, extensión y forma, es evidentemente un trabajo menos pretencioso y tal vez dirigido a un público más joven que sus grandes títulos; sin embargo, Laura Gallego gana en este tipo de trabajos. Un relato bien hilado, con estructura de cuento y una ambientación excelente que te sitúa en mitad del desierto de un plumazo. Podría ser, realmente, una leyenda clásica de lo bien hecho que está. Tiene buenos personajes, intriga, catarsis y redención; lanza una moraleja potente sin adoctrinar ni adoptar ningún tono didáctico.
Así que sí, me ha hecho feliz, me ha recordado por qué me gustaba tanto Laura Gallego y me ha dado ganas de volver a ella, o al menos a mis títulos favoritos de ella.

-El último mosquetero, de Jason. Esto fue algo aleatorio que encontré en la biblioteca de mi ciudad, aunque quienes leáis cómic europeo habitualmente conoceréis al autor (yo, ni idea). Total, que yo veo unos perritos dibujados bajo ese título y junto a una sinopsis que habla de Athos, mosquetero del rey, perviviendo durante cuatro siglos y enfrentándose a unos aliens, y allí que me tengo que ir. Es una historia corta, absurda y deliciosa, en la que un Athos frustrado por la pérdida de los buenos valores propios de su época y de la heroicidad del mosquetero debe salvar a Francia de un ataque extraterrestre. Un tomito divertido y perfecto.


Música 

Las cosas más guays de estos meses fueron: 

-Butter, de BTS. Y el single completo sale la semana que viene junto con una nueva canción, así que podéis esperar sin margen de error que los siga mentando en próximas entradas. Canción fácil, de buen rollo y chicos guapísimos y adorables.



-CHOKE, de The Warning. ¿Alguien se acuerda de unas niñas mexicanas que fueron virales hace años por tocar temas de los Foo Fighters en Youtube? Bueno, yo las descubrí quizá un pelín más tarde, creciditas y con su propia música en marcha. Tras haber estado trabajando en su nuevo disco, en mayo lanzaron el primer adelanto y es un absoluto hit. La he escuchado muchísimo y me encanta.



-MASS, de the GazettE. En el anterior Favoritos os confesaba haberle dado mucha caña al single de adelanto y ahora toca decir que el mero hecho de que esta gente saque música ya me hace feliz. Esperaba otro tipo de disco, quizá más sólido en su sonido, pero han decidido hacer lo que les da la gana y sacar un compendio de canciones distintas entre sí, todas muy suyas y que vienen a representar los distintos géneros y estilos que han ido explorando a lo largo de su carrera. Es como un mixto, pero todas las canciones son temazos, Ruki canta en varias de ellas en un registro más grave de lo habitual que me eriza la piel y la sección rítmica del grupo hace una bestialidad de trabajo. Mis favoritas son Daku y ROLLIN', pero todo el álbum es para gozárselo mucho.



-GODZILLA y Human, de The Veronicas. A mí que alguien me explique si es normal que cojan estas señoras y saquen dos discos a la vez, ambos se podría decir que conceptuales y ambos increíbles. Con toques de Dua Lipa y de todo ese rollito retro que se lleva ahora mismo, se lo llevan totalmente a su terreno porque todo ese imaginario ha ido siempre mucho con las Origliasso. Hay un par de canciones que no me han hecho tanta gracia, pero en general me parecen dos discazos y algunos temas no puedo dejar de escucharlos: Stealing Cars, Sugar Daddy, Catch Fire, Goodbye, Human, Jealous... Todas buenísimas y adictivas.


Conciertos

A ver: conciertos, lo que se dice conciertos... Me están faltando sobremanera. Era consciente de que una de mis constantes desde hacía años era poder ir a unos cuantos conciertos de mis grupos favoritos al año, pero no sabía cuánto iba a acusar su falta.

Eso sí: viva Internet.

-Nightwish dio hace nada un par de shows online y ahí que me tenía que plantar. Lo cierto es que había comprado la entrada antes de que Marko Hietala anunciara su salida de la banda y no estoy segura de si la habría pagado de haberse puesto a la venta posteriormente. Con todo y notándose infinitamente la ausencia de Marko (de su voz, de su presencia y del sello tan único que imprimió en el grupo durante sus años en él), me sorprendí disfrutándolo mucho. El formato con todo ese CGI no me apasionó, la setlist en general no me pareció la óptima y eché de menos canciones que por otro lado agradezco que no intentaran versionar sin él, como Wish I had an angel o The islander. Pero el grupo hizo un enorme trabajo, especialmente Floor y Troy adaptando las líneas que cantaba Hietala, así como Jukka Koskinen de Wintersun como bajista en funciones. 
Pensaba que me pondría muy triste por no estar él presente y que no querría saber mucho más de ellos (Marko es para mí un adiós muchísimo más notable que ninguno de los anteriores), pero me quedé más bien con una sensación de expectación por lo que llegará a venir. Creo que, si Tuomas sigue haciendo canciones buenas, es difícil que me vaya a poder desvincular de Nightwish nunca.

-También pagué por ver en directo a BTS y esto creo que ya va a ser costumbre. Dieron un doble concierto online cargado de sorpresas y momentazos y me lo pasé pipa viéndolo. El highlight de los dos días, para mí, es y será el rap en español de RM y Jimin haciendo la parte de Becky G en Chicken Noodle Soup: aparte de la obvia dificultad de rapear en un idioma que no conocen, que decidieran no tocarle un pelo a la letra me parece lo más sexy que he visto en muchísimo tiempo. Fan absoluta de ellos, sin más.


Mayo y junio fueron meses de estar por Fisterra y alrededores, despidiéndome poco a poco de los sitios y dedicándoles a todos ellos mucho tiempo de esparcimiento. Estuve de nuevo en Outes, en Rianxo, en Catoira, en Ézaro, en Vimianzo, en Negreira, en Carballo y en otros puntos de la zona, sin alejarme demasiado de mi vivienda del curso. No creo que pueda haber nunca nada más destacado que haber visto un atardecer rojo fuego en Vilán.

Despedirme de Fisterra ha sido una cosa bastante rara, tal vez porque dadas las circunstancias he pasado muchísimo tiempo en ella. Llegué a mimetizarme bastante y creo que dentro de no demasiado tiempo voy a empezar a sentir mucha morriña. Pero así es la (mi) vida y, por ahora, al menos durante un año o dos más, me comprometo a errar; después ya se verá.

¡Sed felices!

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