sábado, 8 de septiembre de 2018

Favoritos de julio y agosto


¡Tengo treina años (y sigo llevando coletas)! 

La verdad, no sé en qué momento la vida se ha empezado a pasar tan rápido. Yo pensaba que algo en nuestra cabeza hacía clic y nos convertíamos en adultos, que nos sentíamos adultos. Sin embargo, he llegado a los treinta y tampoco me noto tan distinta de cuando tenía diecinueve. Sí, hay muchas cosas que han cambiado (¡a mejor!): soy más feliz, me quiero más a mí misma, me importan infinitamente menos las opiniones ajenas y no tengo ganas de autocensurarme; estoy en paz conmigo misma. Sin embargo, mis mayores ambiciones siguen siendo las mismas: escribir y publicar (ojalá), viajar a mil sitios, ir a conciertos, tener perros y ver el mar de vez en cuando. Me siguen haciendo gracia las mismas cosas, me ilusionan las mismas tonterías de adolescente y me sigo gastando dinero en camisetas de Lost

Los treinta son una buena edad, o eso pienso de momento.


El verano de mis veintinueve-treinta años ha sido corto, sin embargo, y esto ya no sé si es la vejez o el cansancio mental de llevar desde los veintidós haciendo oposiciones. Como siempre, este año terminaron a mediados de julio y me dejaron un poquito más quemada de lo habitual. ¿Lo bueno? Pasé página enseguida. Será la edad.
Con todo, julio y agosto han dado para mucho y toca enumerar lo mejor de ellos:


Películas


Brevemente, las que no me gustaon: La cruz de hierro (1977) y En la carretera (2012). Rabia máxima por no poder gozarme a dos de mis actores favoritos, como son James Mason y Viggo Mortensen.

Favoritas:

-Noche en la Tierra (1991). Jim Jarmusch es un director que me entusiasma y aún no había visto esta historia en cuatro ciudades: Los Ángeles, París, Roma y Helsinki; todas ellas  independientes, pero unidas por el factor común de que transcurren en un taxi que nos permite analizar la realidad social de cada sitio. Los dos primeros episodios son brillantes, con unas Winona Ryder y Béatrice Dalle que se salen. El episodio de Helsinki me encantó porque amo la ciudad, porque Vallila es uno de sus barrios más entrañables y porque adoro a Matti Pellonpää. El punto flojo, para mí, es el episodio de Roma, con demasiados tópicos y un protagonista insoportable.

-Frantz (2016). Una de esas películas que son poesía. Nos habla de la pérdida y de cómo sobreponerse a ella a través del encuentro entre la familia y prometida de un soldado alemán caído en la guerra, con un amigo francés que acude a visitar la tumba. Habla del patriotismo desde los dos lados y con actitud crítica, de la culpa y del perdón. Y también habla de cómo a veces nuestra cabeza da forma a historias que no son para ayudarnos a soportar el dolor. Paula Beer es maravillosa.

-Blanka (2015). La cantante revelación filipina Cydel Gabutero da vida a una niña que malvive en los barrios bajos de Manila junto a su amigo el ciego. Juntos se encuentran oportunidades, fracasos, engaños y algún amigo. Es una cinta sin pretensiones, entrañable gracias a sus actores y esperanzadora.

-La luz entre los océanos (2016). Empecé a verla esperando un romance apasionado entre sus actores (Alicia Vikander y Michael Fassbender, pareja en la vida real) y sí, hay algo de eso, pero en realidad estamos ante un drama bastante duro. Es una historia de amor y también es un análisis de los límites del amor, del amor contra el deber y de la culpa. Los dos actores potagonistas, así como Rachel Weisz, están excelsos. La estética de la película es bellísima, con el faro como eje central de una historia sencilla que se aturulla bastante al final. Hay un puntito de manipulación emocional que, sin embargo, tampoco desmerece el 90% de la cinta.


Series


He estado volviendo a ver Black Sails, pero he hecho una pausa y aún tengo que terminarla. Me está flipando esta segunda vez y escribiré una entrada hablando sólo de esa joya de serie. 

-The 100, Temporada 5. The 100 es una de mis series favoritas y recurrentes. Esta quinta temporada no ha sido mi favorita y creo que algunas tramas se alargaron demasiado, al tiempo que me faltaba desarrollo de dos personajes que adoro: Murphy y Raven. Sin embargo, consiguieron que Emori evolucionara genial y que Echo me encantara, así que gran trabajo. Ha habido episodios muy buenos y redondos y la señora Marie Avgeropoulos ha sido la dueña absoluta de la temporada, marcándose un papelón increíble. 

-Unnatural. Tenía TANTAS ganas de volver a engancharme a un buen dorama japonés, y por fin llegó uno prácticamente perfecto tras una época de hastío derivado de demasiadas series que no aportaban nada y sólo eran clichés. Unnatural dignifica la profesión del médico forense, un poco mal vista en Japón, uno de los países desarrollados donde menos autopsias se realizan: nos la enseña no como una medicina enfocada a los muertos, sino a los vivos, a los que quedan atrás cuando alguien se va. Los personajes son maravillosos, en especial los femeninos, con una Satomi Ishihara estupenda dando vida a una mujer fuerte, práctica, centrada y divertida. Es un dorama feminista, reivindicativo, con momentos dramáticos pero cuyo tono siempre destila desenfado y superación. Bravo, y ojalá hagan una segunda temporada con el mismo elenco al completo.


Libros y manga


Como siempre, he leído mucho y terminado poco. Hablo sólo de los cerrados (salvo en cómics):

-La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han. He escrito una entrada exclusiva sobre este libro, así que no me voy a extender: me parece una reflexión absolutamente necesaria acerca de la sociedad actual, que demoniza todo lo que no sea el trabajo hasta la misma extenuación, aunque dicho trabajo no venga remunerado. Habla de la importancia del ocio y del aburrimiento, de la necesidad de devolver el trabajo a su papel de trabajo, esto es: una ocupación limitada en el tiempo y que no ha de consumirnos como seres humanos. 

-El león de marzo, de Chica Umino. Tomos 1-8. Adoro a Chica Umino por su maravilloso manga Honey and Clover, así que tenía muchas ganas de leer algo más de ella. El león de marzo es otra historia pausada sobre el paso de la adolescencia a la adultez, sobre no encontrar tu lugar en el mundo y de una forma especial sobre la depresión. A través de las partidas de shogi (el ajedrez japonés), Umino sabe desarrollar de forma completa y efectiva a sus personajes. Me está gustando muchísimo.

-Atelier of witch hat, de Kamome Shirahama. Tomo 1. ¡Qué preciosidad de manga! El dibujo e ilustraciones son bellísimos, pero la historia no se queda corta. Es un manga ambientado en un mundo fantástico de magos que aprenden a mejorar la vida de la gente, un mundo que atrapa y que invita a quedarse en él. Los personajes, especialmente la protagonista, me han enganchado y quiero leer más pronto.


Viajes


Como todos los veranos, he pasado bastante tiempo en Vigo. Este año, por circunstancias de la vida, también me quedé muchos días en Ourense muy en contra de mi voluntad porque en verano me quita la energía y no la soporto. He de decir, sin embargo, que Ourense me ha permitido reconectar con una persona maravillosa que es fundamental en mi historia y de la que espero no volver a soltarme.

-Madrid. Nada más terminar con las oposiciones, me escapé a pasar unos días a mi querida capital. Hacía un año que no la pisaba y se me hizo raro ir allí como turista, saber que no estaba para quedarme y que tenía que aprovechar bien el tiempo porque era muy limitado. Mi línea de pensamientos fue algo así como: "Qué predecible eres, Madrid", "Qué hermosa te encuentro, sin embargo", "El calor era peor en Ourense, así que I feel blessed", "Ya no sé desplazarme en metro sin ponerme de los putos nervios".
Fueron sólo unos días y los viví con el agobio de tener que quedar con mucha gente, pero la verdad es que también fue maravilloso volver a ver ciertas caras tras bastante tiempo: los reencuentros con amigos de esos a los que ya me llevo de por vida fueron un regalo, desde el picnic junto al templo de Debod hasta la sobremesa en La Bicicleta, pasando por las horas en La Central de Callao, el almuerzo en aquel bar taurino horroroso en el que sin embargo eran encantadores y coninaban de muerte, el Yatai Market, la joya que era salir del Airbnb y estar en el mismo Retiro (¡cómo me falta siempre!), la exposición Monet/Boudin y ese descubrimiento inolvidable que ha sido Cuevas Sésamo (volveré). 
Madrid es mi casa, no puedo verla como otra cosa, y no me gustaría volver a pasar períodos tan largos lejos de ella. 

-Suiza (y Milán). Como ya he dedicado una entrada entera a adorar Suiza, no me detengo. Es un país con muchísimo por descubrir y al que tengo ganas de volver algún día. Todo el mundo me trató genial, desempolvé un poquito mi francés y bebí mucho té con limón junto a ríos y lagos increíbles. 


Conciertos y espectáculos


-La Llamada. ¡Por fin! No soy muy fan de la película de La Llamada, creo que es bastante del montón, pero tenía muchísimas ganas de ver a Nerea de OT interpretar a María Casado en el Teatro Lara de Madrid. Así que lo primero que hice tras comprar los billetes de tren fue adquirir las entradas para ver la obra. No sabía que ese día también iba a estar Angy, pero me encantó encontrar la combinación de actrices que más me interesaba. La Llamada me gustó muchísimo más en el teatro porque es muy dinámica y la calidad vocal de los actores es increíble. A Paco Arrojo lo conozco desde hace mucho tiempo y es espectacular en directo, y lo mismo se puede decir de Angy, Nerea y Erika Bleda. Me divertí un montón y tengo ganas de repetir. 

-Mad Cool Festival. El festival desastre por antonomasia, basta irse a la prensa a ver todo lo que se dijo de la organización. Yo fui el último día y la verdad es que me encontré un funcionamiento muy decente: cero colas, atención rápida en los chiringuitos, baños limpios y libres, espacio suficiente, salida en metro MUY rápida (cuando fui al Download el año pasado, regresar al centro fue la ODISEA)... Todo bien, salvo el festival en sí. Cuando, en un festival de música, la música es lo de menos... mal. Había mucho chiringuito, mucho juego, una noria, concursos, tiendas... y la música estaba en un segundo plano, tapada por estructuras gigantes que impedían ver el escenario entero, separada del público por zonas VIP exageradas y desiertas, con un sonido en ocasiones mediocre... En fin, no es un festival al que vaya a volver porque a mí me interesa otra cosa. 
Sin embargo, sí me llevo la maravilla que fue escuchar en vivo a Depeche Mode (INCREÍBLES), Nine Inch Nails (lloré), Dua Lipa (¡me encantó!) Jet y Queens of the Stone Age. Este último grupo dio el mejor momento de todo el festival al reventarles el atraco de la zona VIP: 

También vi a Brays Efe (ya lo había visto el día anterior en otro sitio) y fui a hablarle descalza, zapatos en la mano y un sombrero de los años 50 en la cabeza; me miró con cara de: "¿Qué hace, señora?", pero fue muy majo.

Música

Algunos de mis temazos de este verano, según Lastfm:

-SeeSea de Hyolyn:



-Lemon de Kenshi Yonezu:



-Trap del Terraplanismo de Jaime Altozano (y compañía):



-Ya no quiero ná de Lola Indigo:



-Pienso en tu mirá de Rosalía:




El nuevo curso escolar se impone ya en mi vida (aunque de momento no tenga empleo) y quiero aplicarme también con el blog. Voy a publicar más entradas, insistir con los Domingos de Poesía y traer nuevo contenido. 

¡Hasta pronto! Sed felices.

3 comentarios:

  1. Pero también ha sido un poco movido tu verano... Tengo pendiente de ver The 100, la han recomendado mucho.

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  2. The 100 empieza regular, pero vale la pena aguantar un poco porque después es maravillosa.

    ¡Gracias por pasarte!

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  3. ¡Hola! Te decimos por experiencia que los 30 son los nuevos 20 así que a por todas jejeje. Tomamos nota de las recomendaciones.
    Besos

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